Machos Alfa (2022), de Laura Caballero

Cuatro amiguetes en plena crisis de la mediana edad no se han enterado todavía de que la era del patriarcado está finiquitada y que las relaciones de pareja ya no son lo que era. He aquí la premisa de esta serie de 8 capítulos de media hora para Netflix de los creadores de Aquí no hay quien viva y La que se avecina, Laura y Alberto Caballero. La fórmula es de comedia, entrecruzando historias y saltando rápidamente de una a otra, junto a momentos en que los protagonistas se lloran en común sus penas.

Pedro es un ejecutivo televisivo de alto standing que se queda en la calle después de que su jefe le imponga por encima a una mujer que debe limpiar de contenido machista la programación que habitualmente llenaba sus producciones; su esposa Daniela cultivará su faceta de influencer en redes sociales para poder sacar a flote su casoplón. Luis, policía municipal casado con una profesora de autoescuela y con dos hijos, ha dejado que la rutina reine en su vida matrimonial donde el sexo brilla por su ausencia; Raúl engaña a su pareja Luz, abogada, pero se niega a aceptar con ella que la suya sea una relación abierta; y a Santi le acaba de dejar su mujer, así que su hija adolescente le busca citas en Tinder.

Los creadores juegan a la transgresión, aunque siendo muy políticamente correctos en su comunión con algunas ideas imperantes, como las de que hay que acabar con la masculinidad tóxica del machismo rampante, que las mujeres deben ocupar el papel que les corresponde en la sociedad, aúpa el feminismo, y que cada uno decide acerca de sus apetencias sexuales, en un sexo fluido donde el amor es un concepto muy relativo y cambiante, adelante con la pansexualidad libre.

A la narración hay que reconocerle un ritmo ágil, y algún gag ocurrente, como la de la asistenta voladora de drones, pero agotan los continuos y frívolos chistes sexuales. Los actores, Fernando Gil, Raúl Tejón, Gorka Otxoa y Fele Martínez, Kira Miró, María Hervás, Paula Gallego y Raquel Guerrero, más una buena pléyade de secundarios, ellos y ellas, que parecen pasárselo bien con sus roles.