Persuasión (2007) (2007), de Adrian Shergold

Inspirada adaptación televisiva de la novela de Jane Austen. Todo el protagonismo es para Anne Elliot, una joven que se dejó persuadir por su madrina y confidente para no casarse con el hombre que amaba, el capitán Wentworth. Los años han pasado, y todo apunta a que su futuro responde al nombre de soltería. Pero, por las vueltas que da la vida, unos parientes del capitán, han alquilado la casa familiar de Anne. Y Wentworth regresa allí, lo que hace inevitable su reencuentro. Anne se ha repetido mil y una veces que han superado su mal de amores, pero está agitada por una verdadera trepidación; y aunque Wentworth también aparenta frialdad e incapacidad para perdonar, también podría seguir sintiendo algo. ¿O no? Pues todo el mundo le señala ya a otra candidata para que sea su esposa.

Resulta gozoso contemplar en imágenes la capacidad austeniana de atrapar la psicología de sus personajes, su mezcla de sentido común, orgullo, prejuicios, arrebatos amorosos... Aquí se suma la capacidad de persuadir y ser persuadido que da título al film, y que puede mostrar matices muy diversos: están los consejos acertados, para darlos y reconocerlos, y la aceptación de sugerencias de modo irreflexivo y cómodo, para evitar enfrentarse a situaciones difíciles. Sally Hawkins, vista en Cassandra's Dream y El velo pintado, hace un magnífico papel protagonista.