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Zona friki

¿Cómo pudo EE.UU. perder la Guerra de Vietnam en "X-Men: Días del futuro pasado"?

¿Cómo pudo EE.UU. perder la Guerra de Vietnam en "X-Men: Días del futuro pasado"?

El tiempo pasa a toda pastilla, hasta el punto de que no escribo ningún post en el blog por lo menos desde los tiempos en los que reinaba Juan Carolo; por entonces aún estábamos enterándonos de que un Pablo Iglesias fundó el PSOE y otro va a acabar definitivamente con él. Pero los días han pasado muy rápido y ya estamos, chas, en el mismísimo futuro.

No suelo mirar mucho hacia el mañana, pues tengo poca capacidad de previsión, hasta el punto de que si en los 70 me hubieran ofrecido acciones de una empresa con una manzana como logotipo habría exclamado “no lo veo”, y seguro que hubiese invertido en Galerías Preciados. Pero X-Men: Días del futuro pasado nos invita a mirar hacia delante, temiendo lo peor pero con cierto optimismo.

Además de pasarlo más o menos bien, con palomitas, durante la proyección no dejé de preguntarme cómo se les habría vendido el proyecto a los productores ejecutivos con Master MBA de Hollywood, que se distinguen por su escasa capacidad de riesgo, lo que explica el cine que se hace. Me explico, como es bien sabido, los jerifaltes de las grandes majors tienen un ojo clínico para el dinero, de tal manera que sólo responden a determinados estímulos. Ejemplos:

-Hola, quiero rodar un remake/reboot/secuela/precuela de [título de algún superéxito que él conozca].

Respuesta afirmativa del sujeto.

Lobezno en X-Men Días del futuro pasadoO en su defecto:

-Hola, quiero rodar un (añadir aquí cualquier argumento que sea calcado de un remake/reboot/secuela/precuela de [título de algún superéxito que él conozca]).

Respuesta afirmativa del sujeto.

Mientras que por contra:

-Hola, quiero rodar un (añadir aquí cualquier argumento completamente opuesto o que se aparte un mínimo de los superéxitos que él conozca).

Ningún tipo de respuesta por parte del sujeto.

Estando así el particular patio de la casa, no me imagino al director de este film yendo a visitar a sus superiores.

-Vamos a hacer una secuela de la precuela de X-Men.

El sujeto se desorienta un poco pero reacciona al cabo positivamente.

-En honor a la verdad, no se trata exactamente de una secuela de la precuela de X-Men, pues en realidad transcurre antes de lo que ocurre en la precuela, aunque habrá flash-forwards que ocurrirán justo después de toda la saga. ¿Se me entiende? O sea, es una ‘seprecuela’ o algo así. Ah, y el final modifica todo lo visto hasta ahora. ¿Se me entiende?

Sujeto abre la boca y pone cara de susto.

La enésima película de la franquicia mutante amenizará más o menos la tarde al gran público y a los fans de los tebeos de Marvel, con alguna secuencia brillante, como la de Quicksilver viendo su entorno a cámara lenta. Además, los fans habrán vibrado con la presentación de Apocalipsis en la escena post-créditos. Pero deja la sensación de que resulta excesivamente rutinaria, pues aunque el principio prometa un argumento complejo, con tanto cambio de épocas, posteriormente todo se limita a "vamos a cazar a Mística". Lo peor es que con tanto salto temporal uno tiene la sensación de que los responsables del film ya no saben ni en qué momento histórico están.

Centinela en Eso explica que en X-Men: Días del futuro pasado en los años 70, sin explicación aparente, el actor de Juego de tronos diseñe para el gobierno unos Centinelas con un diseño visionario que cuarenta años después parecen lo último de lo último, y que tecnológicamente le darían sopa con onda a los Transformers de las narices. ¿Cómo es posible que justo acaben de perder la maldita guerra del Vietnam? ¡Si sueltan un par de esos y se comen al vietcong, a Ho-Chi-Minh y la Unión Soviética en 24 horas!

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