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Blog de Hildy

Imitando a Mickey Mouse como aprendiz de brujo

¿Está perdiendo Disney la magia que supo imprimir a la compañía el tío Walt?

The Walt Disney Company está celebrando su centenario. Y es que no se cumplen 100 años todos los días. Por supuesto, hay que adaptarse a los desafíos de los nuevos tiempos, pero nunca olvidando, de verdad, que “todo empezó con un ratón”, que cautivó a un amplísimo público familiar.

¿Está perdiendo Disney la magia que supo imprimir a la compañía el tío Walt?

El otro día leía un artículo de opinión en The Wall Street Journal donde el autor recurría a la metáfora de una de las últimas películas Disney, Mansión encantada, para sugerir que últimamente la compañía se está viendo sacudida por malas noticias de ingresos en taquilla, suscriptores de Disney+ y resultados trimestrales. A mí me gusta más la metáfora de Mickey Mouse jugando a aprendiz de brujo en Fantasía, el simpático personaje, en vez de trabajar duro para limpiar un laboratorio y fregotear el suelo, decide recurrir a la magia para que cubos y escobas cobren vida y le quiten el trabajo que le correspondía. Con funestas consecuencias.

Desde que Walt Disney se trasladara a Hollywood con su hermano Roy y fundara su exitosa compañía en 1923, los logros no han sido pequeños. Walt Disney se convirtió en sinónimo de animación de calidad, con auténticas obras maestras, desde los cortos de las Sinfonías Tontas a Blancanieves y los siete enanitos. El programa de televisión semanal que presentaba el tío Walt resultaba fascinante, y nos enseñó a amar la naturaleza, y la ciencia, y... Los parques temáticos tenían magia, una visita a sus atracciones, ser recibidos por actores disfrazados de Mickey, Donald, Goofy, etcétera, resultaba una experiencia única. Walt Disney se convirtió en sinónimo de entretenimiento familiar, incluso después de la muerte del artista y empresario.

En los últimos tiempos, distintos ejecutivos se han olvidado de los orígenes. Por ejemplo, han decidido que además de ofrecer diversión familiar, deben ofrecer diversión con diversidad, una mentalidad woke que quiere alertar sobre la tolerancia, el racismo, diversos y discutidos modelos de matrimonio y familia... Una imposible cuadratura del círculo que les ha empezado a pasar factura. Lightyear se cargó toda la magia e inocencia de Toy Story incluyendo sin demasiada sutileza a una pareja de lesbianas enamoradas, con resultados decepcionantes en taquilla, y no parece exagerado señalar que Disney ha perdido el liderato de la animación, Elemental ha salvado los muebles, pero está lejos de ser memorable, se ha quedado muy por debajo de lo previsto.

Ni Mansión encantada, ni Elemental, ni siquiera Indiana Jones y el Dial del Destino, han dado los resultados apetecidos. La ironía es que una película que han tenido guardada en un cajón varios años, que era suya tras la compra de Fox, Sound of Freedom, no la han querido estrenar, y acabaron vendiéndola a Angel Studios. Con el resultado de que estrenada el 4 de julio en Estados Unidos ha recaudado más que los tres títulos citados, y además con un coste inferior a cualquiera de ellos. Eso se llama miopía, o inexperiencia brujeril.

Bob Chapek, y no parece que el recuperado Bob Iger envaine, tuvo la ocurrencia de criticar las leyes sobre educación sexual en las escuelas promovidas por el gobernador Roy de Santis en Florida, abriendo un frente político absurdo que pone en peligro las suculentas exenciones fiscales que Disney ha tenido en ese estado para su parque temático y demás actividades empresariales. No sé, para eso si quieren pueden usar disimuladamente su canal televisivo, ABC, pero que el presidente de una película familiar se alinee contra los republicanos le quita público, lo mismo que ha pasado con el fomento de incorporar ideas inclusivas a películas y series, que tiran para atrás a muchos espectadores, especialmente el que busca diversión para toda la familia.

Disney se está volviendo muy elitista, acudir a los distintos parques temáticos, con estancias hoteleras, resulta cada vez más caro, no es precisamente un entretenimiento popular. Y cara a aumentar ingresos tras los resultados negativos de su último trimestre, ha anunciado medidas en Disney+ no muy originales y antipáticas, están calcadas de lo que ha hecho Netflix recientemente. O sea, incremento de tarifas, modelo con publicidad más barato, y combatir que los usuarios puedan compartir su contraseña del servicio con amigos y familiares.

En fin, se supone que la edad concede sabiduría, y ya que Disney cumple 100 años, haría bien en mirar a su fundador, y a lo que pretendió al comienzo. Vale, era otra época, ahora la lucha en el mundo globalizado por mantenerse con vida es feroz, pero al final creo que si no hay una meta u objetivo verdaderamente iluminadores, y todo se reduce a ganar pasta y complacer a determinados lobbies, las cosas fracasan.

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