Filólogo poeta y autor de recordadas letras de populares temas musicales, también ejerció como Secretario de Estado de Cultura, aunque como gestor cultural se recuerda sobre todo que marcó una época como director de la Biblioteca Nacional. Pero además demuestra tener grandes conocimientos del Séptimo Arte, en la actualidad como colaborador del programa “Cowboys de medianoche”, de esRadio, donde habla de cine con José Luis Garci.
Conversar con Luis Alberto de Cuenca resulta fascinante, porque combina el estilo elegante y a la vez irónico de su poesía, con una gran cercanía.
“Mi película favorita siempre ha sido Scarface, el terror del hampa, porque siempre me han gustado los grandes títulos de gánsteres y el cine negro”, nos confiesa, con un tono que denota que descubrió esta cinta cuando debía ser todavía un niño. “Está rodada en un momento histórico previo a la aprobación del código Hays. La ausencia de censura en las películas de Hollywood de esos años le imprimían una enorme vitalidad”. Precisamente acaba de publicar “Scarface. El gángster de la cara cortada”, de la editorial Reino de Cordelia, donde homenajea en clave de prosa lírica al legendario film, protagonizado por Paul Muni como italoamericano que asciende en el submundo del crimen organizado, un personaje inspirado en Al Capone.
A continuación, cita un largometraje bastante distinto, El manuscrito encontrado en Zaragoza (1965), adaptación de la novela del polaco Jan Potocki a cargo de su compatriota Wojciech Has. “Siempre he sido un firme defensor de la literatura fantástica, y la obra original es un gran clásico, con ese juego de relatos contenidos dentro de otros relatos, semejando una muñeca rusa”.
Tras esta confesión, no resulta extraño que escoja otra cautivadora muestra europea del mismo género, Las aventuras del barón Munchausen (1943), del húngaro Josef von Báky, rodada con todo lujo de medios para conmemorar el veinticinco aniversario de la fundación de la UFA, con efectos especiales asombrosos para la época. Hans Albers interpreta al emblemático aristócrata, que narra sus supuestas hazañas, entre ellas un viaje a la Luna. “Siempre me ha fascinado el personaje, sobre todo en las versiones escritas por los autores alemanes del siglo XVIII Rudolf Erich Raspe y Gottfried August Bürger”.
Apasionado también de las viñetas, Luis Alberto de Cuenca recordará los comics de su infancia, en una mesa redonda en la que charlará sobre este tema con José Luis Garci. Tendrá lugar el 4 de noviembre, en el Salón de Actos del Centro Cultural Conde Duque de Madrid, con motivo de la exposición “Los tebeos de la posguerra”.