Vacaciones para morir (2018), de Tamar Halpern

Lindsey mantiene una relación amorosa con Jake, su jefe, un exitoso hombre de negocios. Sin embargo, Jake esta ya casado, con Gwen, hija del dueño de la empresa donde ambos trabajan. Jake lleva a Lindsey, que se ha quedado embarazada a un lujoso resort en el desierto. Cuando llegan allí, se encuentran inesperadamente con Gwen.

Imaginativo telefilm, con los suficientes giros como para mantener enganchado al espectador hasta el final del metraje. No inventa la pólvora, pero se deja ver y al menos cuenta con intérpretes que dan el pego, y una fotografía inspirada.