Nadie saldrá vivo de aquí (2021), de Santiago Menghini

Tras haberse ocupado de su madre enferma, hipotecando su futuro, la joven Ámbar toma la decisión de emigrar de México a Estados Unidos. Recala en la inhóspita Cleveland, donde trabaja en una fábrica textil, y no acaba de ser bien acogida por unos parientes. Como residencia, se decanta por un caserón que regenta un tipo muy raro, que lo ha convertido en pensión para señoritas. Pronto se dará cuenta de que las chicas que viven ahí son también bastante raras, y además empieza a escuchar voces y tener experiencias fantasmales.

Debut en la dirección de largometrajes de Santiago Menghini, que adapta una novela de Adam Nevill. De entrada hay que reconocer lo que tiene de osadía el hecho de combinar el terror con el cine social, pues se abordan las dificultades de una inmigrante mexicana para hacer realidad el sueño americano, que en su caso es más bien una pesadilla. Además al principio los sustos son creados por una atmósfera sugerente y personajes inquietantes. Pero poco a poco la cosa deriva en la pirotecnia habitual de efectos visuales y en una confusión narrativa donde no entiendes nada de lo que pasa.

Protagoniza Cristina Rodlo, habitual en las series mexicanas, aunque también ha tenido presencia en cine en cintas como la versión yanqui de Miss Bala.