La elefanta del mago (2023)

Baltese, ciudad europea colorida y brillante hasta el estallido de la Gran Guerra Extranjera, que la sumió en la oscuridad. El huérfano Peter ha sobrevivido gracias a los cuidados de Vilna Lutz, anciano que fue oficial del ejército. A cambio de una moneda, un adivino le desvela al chaval que su hermana sigue viva, y que podrá encontrarla si sigue “al elefante”. A Peter este mensaje le resulta bastante enigmático, pues no tiene a su alrededor a ningún paquidermo, pero esa misma noche se entera de que un mago que ha actuado en el teatro local ha hecho aparecer una elefanta.

Adaptación de la novela infantil de Kate DiCamillo, que goza de cierta popularidad en el mundo anglosajón. Supone el debut como realizadora de Wendy Rogers, hasta ahora supervisora de efectos visuales en títulos como Las crónicas de Narnia: el príncipe Caspian. Por desgracia, la animación resulta decepcionante, con movimientos poco naturales, y rostros inexpresivos de los personajes. No se entiende que Netflix, que ha ganado el Oscar al mejor film animado con Pinocho, rodada en stop-motion, poco después estrene un producto con gráficos digitales de medio pelo.

No ayudan los comentarios didácticos, pero innecesarios de la narradora, una adivina que rompe la cuarta pared para hablar al respetable. Tampoco se entienden muy bien las motivaciones de los personajes secundarios, mientras que el metraje se alarga innecesariamente hasta los 100 minutos. De tono positivo, habla sobre la importancia de luchar para cumplir los sueños, y de que todo es posible, si se le dedica la suficiente energía. Se salva el tramo en el que el protagonista debe hacer reír a una condesa triste, único pasaje en el que se recurre al humor.