Mona Lisa y la luna de sangre (2021), de Ana Lily Amirpour

Una joven adolescente de aspecto asiático se escapa de un centro psiquiátrico en Nueva Orleans después de usar sus poderes mentales para obligar a los celadores a hacerse daño a sí mismos. La chica lleva internada toda su vida y ya en el exterior no sabe cómo manejarse. Conocerá a un tipo zarraspastroso y camello, que le echará una mano, y más tarde, después de un altercado en que la chica –apodada Mona Lisa– vuelve a hacer uso de sus poderes, la tomará como "socia" una prostituta. La llevará a su casa y también aprovechará sus "habilidades" para lucrarse.

Película de planteamiento rarito cuya historia no resulta demasiado original ni entretenida. Escrita y dirigida por la inglesa Ana Lily Amirpour, la trama sigue a la protagonista Mona Lisa en sus andanzas hipnotizando a la gente, que incluirán también la persecución por parte de un policía. Pero tras la impactante escena inicial, en que el espectador queda intrigado acerca de quién es la joven, Amirpour no parece saber muy bien adónde dirigirse. No ayuda mucho que la protagonista (Jeon Jong-seo) apenas pronuncie tres palabras, mire siempre con cara de no enterarse de nada y no transmita casi sentimientos. Así es muy difícil que Mona Lisa y la luna de sangre atraiga la atención del espectador. Le da un poco de vidilla al asunto el chavalín de quien se hace amiga, aunque por su actitud y reflexiones el jovenzuelo parece tener más bien cuarenta años. Y llama la atención, por lo demás, la presencia de una Kate Hudson en el papel  de la madre del crío y prostituta aprovechada, un rol con el que que no la asociaríamos en sus primeros años de carrera.