Una mujer, una pistola y una tienda de fideos chinos (2009), de Zhang Yimou

Insólita cinta en la extensa trayectoria del gran cineasta chino Zhang Yimou, que por una vez deja de lado sus excelentes dramas (El camino a casa) y sus cintas de acción wuxia (Hero, La casa de las dagas voladoras) y rueda un remake de una película americana. En concreto se ha decantado por la brillante opera prima de Ethan y Joel Coen, Sangre fácil, situando la acción en China, con una ambientación de época, y cambiando detalles, como por ejemplo el bar de Texas donde transcurría la acción, que aquí es una tienda de tallarines.

El dueño de este local es el maduro Wang, un hombre pesimista, que descubre que su bella esposa mantiene una aventura con uno de sus empleados, un tipo de lo más pusilánime. La esposa ha comprado una pistola para deshacerse de él. Decide contratar a un tipo para que asesine a los dos amantes, pero la jugada no saldrá como esperaba.

Obtuvo críticas irregulares cuando se proyectó en el Festival de Berlín, lo que se explica porque no es el film que se espera del veterano cineasta. Sin embargo, se trata de un divertimento premeditadamente menor, que permite intuir que Yimou ha disfrutado versionando a los Coen. Inicia la película con un tono cómico muy exagerado e irreal, aunque deriva en thriller con notas de humor negro, más en sintonía con el original. Si bien aporta poco a quienes hayan visto el original, resulta ameno.