Cielo rojo sangre (2021), de Peter Thorwarth

Una película que al menos sorprende, pues parece que va a discurrir por terrenos trillados, y acaba rompiendo el saque. La cosa arranca con un avión aterrizando en un aeropuerto de Escocia, y fuerzas antiterroristas desplegándose por la pista ante una situación de emergencia, todo apunta a un secuestro con los pasajeros como rehenes. Y en efecto, un niño, Elias, emerge del aparato, en estado de shock. De aquí un flash-back que nos muestra a este niño con su madre, subiendo a bordo del avión que les lleva a Nueva York. Todo nos hace pensar que ella, Nadja, tiene un cáncer por la medicación que toma y el malestar que padece. Pero aquí nada es lo que parece. Unos secuestradores reducen a los vigilantes federales del avión, y simulan ser terroristas islámicos; y en la confusión que sigue, Nadja recibe un impacto de bala, su hijito llora a su madre, pero...

Aunque desgraciadamente el póster del film y muchas sinopsis desvelan bastante más del argumento, considero bastante mejor no saber mucho más de la trama, que contiene felices ocurrencias manejadas con cierta habilidad, de algún modo viene a la cabeza aquella disparatada película titulada Serpientes en el avión, solo que ese título se tomaba su premisa a cuchufleta, y aquí los derroteros que toma la narración van más en serio, dentro de lo que es el cine de género. Dirige el film y es coautor del guión el alemán Peter Thorwarth, que intervino en el libreto de otra interesante cinta, La ola, y que logra que el encapsulamiento de flash-backs –hay uno dentro del otro– se siga con facilidad.

La película ofrece acción a raudales, aunque con mucha violencia y sangre, en eso el título no lleva a engaño. Y están presentes muchos de los elementos de filmes a bordo de un avión, lo que incluye enfrentamiento terroristas-pasajeros, necesidad de alguien que pueda pilotar o curar a los heridos, y personajes arquetípicos, donde hay buenazos como el ingeniero Farid que deviene en figura paterna para el niño, pero también tipos que piensan solo en sí mismos y que se creen que el dinero lo puede comprar todo. Los actores están bien, destacando Peri Baumeister, la madre que combina fragilidad y agresividad, el niño Carl Anton Koch, Kais Setti como el pasajero de origen árabe, el británico Dominic Purcell y Alexander Scheer que parece pasárselo en grande como histriónico villano.