El niño, el topo, el zorro y el caballo (2022)

Un niño se encuentra solo y perdido en medio de la nieve en un gélido día de invierno. Aparecen sucesivamente en su vida un topo, un zorro y un caballo, que le ayudan a intentar llegar a casa, aunque en el camino los cuatro aprenden que tu hogar está allí donde están tu corazón y tu amor.

Precioso mediometraje animado dirigido por Peter Baynton y Charlie Mackesy a partir del libro del segundo. Está producido por la BBC, aunque en la producción ha intervenido un inesperado J.J. Abrams. Lo atraviesa un aire melancólico y poético, acentuado por las imágenes de los copos de nieve que caen lentamente.

Y sorprende la fuerza narrativa en una trama atravesada de pequeñas y valiosas lecciones acerca de la sabiduría práctica, que muchas veces proviene del sentido común y del amor incondicional y sincero por los otros; se trata de reflexiones que nunca parecen metidas con calzador sino, al contrario, muy bien traídas.. De entrada nos puede atraer una tarta, y la convertimos en meta primordial, pero puede que descubramos que es más valioso acompañar a quien se encuentra perdido, superar los miedos tomando riesgos, pedir ayuda y prestarla, desplegar los propios talentos aunque haya quien se entristezca por ellos, envidia, y no los entienda, y conviene descubrir que el hogar es algo más que un lugar.

En el film tiene una gran presencia la naturaleza, los espacios nevados, los árboles pelados del bosque, el río de aguas más impetuosas de lo que parecía, la ventisca de una gran tormenta. Y el amor se demuestra con obras y acciones, y también con gestos físicos, una caricia, un abrazo.

Los trazos de los cuatro protagonistas, los cuatro con capacidad de hablar y entenderse, son estilizados y realistas. Lo que hace aún más curioso el prodigio de que algo tan natural y reconocible, tenga a la vez tanta magia, una maravilla animada a lo que ayuda además la bonita partitura musical de Isobel Waller-Bridge.