Mamá no enRedes

Clara está divociada y tiene dos hijos veinteañeros, Dani y Milena. Trabaja en una clínica de cirugía estética y a amenudo acuden a ella para contarle sus problemas su ex marido y una amiga en apuros. Un día los hijos de Clara se quedan de piedra cuando descubren que su madre se ha hecho un perfil en TILINK, una red de citas de dudosa categoría. Y aunque pergeñan un plan para boicotear sus citas, Clara acabará liada con tres hombres a la vez.

Comedieta escrita y dirigida por la argentina Daniela Fejerman, acostumbrada a entregar películas ligeras y humorísticas, pero cuyo mejor trabajo es paradójicamente La adopción, un drama en toda regla. En Mamá no enRedes regresa a su terreno más habitual para usar ideas no demasiado originales –el de las aplicaciones de citas– y ofrecer una trama de enredo, tontorrona y frívola, sobre las relaciones amorosas y sexuales. El resultado es bastante pobre, aunque en varios momentos la risa aflorará en los espectadores.

Por lo demás, Fejerman muestra a unos personajes bastante patéticos, adultos y jóvenes cuyos horizontes vitales no parecen ir más allá de rollitos de una noche. Esa obsesión por la búsqueda de tíos y tías buonorras con quien ligar da lugar a muchos vocablos procaces, chistecillos y situaciones groseras, aunque de acuerdo con su liviano enfoque argumental también el contenido visual se aleja de obscenidades explícitas. En realidad, Mamá no enRedes es una reiteración de escenas humorísticas, con gracias que sacan partido al tópico del seductor argentino, al ex marido patoso casado con una yogui, a la obsesión por las operaciones estéticas, a las citas calamitosas (delirante la del experto en vinos) o a los prontos del hijo ante la vida secreta de la madre. Lo mejor de la película es Malena Alterio, pero es insuficiente para sacar a flote la función. Es una pena que no elija más papeles a la altura de su talento.