Esto te va a doler

Adam Kay es médico residente en un hospital público de Londres. Es un buen profesional, pero vive perpetuamente estresado. Es obstetra, especialista en partos y recibe continuamente a mujeres que llegan a punto de dar a luz, con todo tipo de problemas derivados. Además lidia con el politiqueo del hospital y tiene que estar pendiente de una joven estudiante a su cargo. En su vida personal tiene una relación más o menos estable con su novio y se mantiene distanciado de su familia.

Serie británcia que supone una muesca más en la lista de innumerables series de médicos y hospitales, prácticamente un género en sí mismo. Creada por el médico y escritor Adam Kay, Esto te va a doler adapta su propia novela inspiarada en sus vivencias. El resultado es una comedia repleta de humor negro, con un guión ingenioso y a veces algo bruto, en donde van apareciendo todo tipo den situaciones, entre médicos y pacientes, casos extraños, dudas en los diagnósticos, miedos. A las cuestiones puramente clínicas se suman las limitaciones de un hospital público, el escaso presupuesto, la acumulación de pacientes, la relación con médicos y enfermeras, etc. De fondo, hay cierta desmitificación de la profesión médica, pues aquí hay poca seriedad, mucha improvisación y por momentos la vida en el hospital es un absoluto caos. Los diálogos son divertidos, insolentes, a veces procaces y escatológicos, al estilo pene, vagina, fluidos, etc.

Compuesta por siete capítulo de cerca de 45 minutos de duración cada uno, Esto te va a doler incide especialmente en la condición homosexual del protagonista, muy presente en diálogos y escenas, que se usa también como desencadenante de algunos gags. Lo cierto es que pese a su actitud prepotente, el protagonista tiene un corazón sensible, quiere a sus pacientes y se pone en su lugar, aunque envuelve ese tacto con una pose despreocupada, frívola y altanera, como cuando se dirige al propio espectador mirando a la cámara. Sin embargo, acusa seriamente sus errores y su conciencia está a flor de piel: un bebé está a punto de morir por su culpa y él va a hablarle todos los días a la incubadora. Por lo demás, ciertas situaciones quirúrgicas son un tanto sangrientas y pueden resultar desagradables a algunos espectadores. Y es justo reconocer el excelente trabajo de Ben Whishaw como protagonista.