Klangor (2021), de Lukasz Kosmicki

Turbia miniserie polaca de intriga, decididamente irregular. Seguimos a la familia Wejman. La madre, Magda, por cuestiones de trabajo, está en Alemania. Y el padre, Rafal, funcionario de prisiones, deja en bastante libertad a sus jóvenes y fiesteras hijas Gabi y Hania, que mantienen relaciones peligrosas. Las dos hermanas se quieren, aunque Hania se mosquea bastante con Gabi cuando esta le birla al novio. Este novio aparece con el cuello rajado, y Magda recibe en su móvil un inquietante mensaje de texto de Gabi, donde asegura que ella lo ha matado. No quieren creerlo, y una explicación podría ser que un desequilibrado preso, fugado del hospital donde estaba ingresado, podría ser el asesino. La cosa se complica por un feo asunto de tráfico de drogas en la cárcel, donde algunos guardianes estaban implicados. Sea como fuere Rafal emprende la búsqueda de su hija, aunque retrasa la denuncia de la desaparición, pues el mensaje enviado la inculparía.

Producida por Canal+, tiene detrás al director Lukasz Kosmicki, responsable de Ultraviolet. Logra mantener el interés, aunque su estructura es un tanto caprichosa, pues sin motivo aparente el episodio 6 es el que nos muestra en forma de flash-back el modo en que se han producido ciertas muertes, desactivando las sorpresas de modo poco inteligente.

Además de dedicar espacio a la intriga criminal, se dibuja un estilo de vida juvenil hedonista y vacío, y los trapicheos de los adultos, que condescienden con lo que está mal. Abundan los pasajes sórdidos, aunque se lleva la palma todo el tramo relacionado con la trata de blancas, aunque aquí asoma una parte noble de Rafal, capaz de compadecerse de la triste situación de una joven.