Con la soga al cuello (2023), de Onur Saylak

Tras un escándalo financiero, Yalin Sahin estuvo a punto de ingresar en prisión. Su abogado hizo una buena labor, así que al final salió en libertad, pero su prestigio está manchado, así que conviene dejar atrás Estambul, con su esposa, Beyza, e instalarse en Assos, pueblo de la costa egea, para iniciar una nueva vida. No estaba previsto que en su nuevo destino le reconocen, y que entre los vecinos se encuentra algún afectado por sus chanchullos, proclive a tomarse la justicia por su mano.

Cada vez aumenta más la producción audiovisual en Turquía. El realizador curtido en series televisivas locales Onur Saylak está al frente de un film que consigue intrigar al espectador, porque se va por un camino diferente al que indican las primeras secuencias. Denuncia la corrupción y los chanchullos que se producen en el país árabe, aunque no difieren mucho de los de otras latitudes, y al mismo tiempo avisa de la espiral descendiente a la que puede llevar el narcisismo.

Realiza una labor memorable el actor protagonista, Kivanç Tatlitug, pues le ha tocado en suerte un personaje, Sahin, despreciable, al que sin embargo sabe dotar de cierta humanidad. Le acompaña Funda Eryigit, que se trabaja a fondo su personaje, Beyza, pero éste ha sido más descuidado por el guión, salvo en el tramo final.