DiDi Hollywood (2010), de Bigas Luna

Diana Díaz trabaja con su amiga María sirviendo copas en un garito nocturno de Madrid. Pero aquello no es vida, y le impide cumplir su sueño de ser actriz. Así que ‘tomando el mundo por montera’ hace las maletas y se a Miami, en Estados Unidos, donde todos sus ahorros se volatilizan en poco tiempo, mientras se presenta inútilmente a diversos castings. Por suerte hace una buena amiga, Nora, y un aspirante a director del que se enamora le consigue un trabajo en un culebrón. Es el primer peldaño hacia la fama, el estrellato, y quién sabe... tal vez el Oscar.

Tal vez Diana Díaz, conocida como DiDi, gane un día el Oscar en la ficción, pero resulta más que dudoso que Bigas Luna gane, no el Oscar –misión imposible, imposible, imposible–, sino el Goya, o cualquier otro premio del mercado cinematográfico. Pues su película, coescrita con Carmen Chaves Gastaldo, no consiste en otra cosa que en un conjunto de tópicos –que se dirían ‘inspirados’ por la Penélope Cruz con la que trabajara años ha en Jamón, jamón– más el habitual sexo enfermizo y morboso que tanto le gusta. El destino de la amiga María se adivina desde el minuto uno, y la originalidad visual que otras veces tiene el director, aquí brilla por su ausencia.

El film evidencia su falta de presupuesto, y su ‘product placement’ de marcas españolas en un contexto hollywoodiense tiene bastante de ridículo, al igual que la falta de rubor a la hora de promocionar la ciudad de Valencia. Elsa Pataky se limita a poner cara y cuerpo, aún le queda mucho camino por recorrer para sostener un papel que se supone complejo, mientras que Peter Coyote hace lo que puede para decir sin enrojecer, en su papel de agente, frases como “yo soy el que te dice la verdad”, él, que la tiene engañada acerca del actor con el que está trabajando.