El último baile de Magic Mike (2023), de Steven Soderbergh

Retirado del baile sexual, Mike puso un negocio de carpintería, pero la recesión económica le llevó a la quiebra, así que ahora se gana la vida como puede, con rudimentarios trabajos de camarero para el catering de diversos eventos en Miami. De esta forma conoce a la millonaria divorciada Maxandra Mendoza, que cuando se entera de su pasado le pide un último baile por el que le pagará un dineral. Aunque al principio rechaza la oferta, al final accede y tras la experiencia se acuesta con Mendoza, que le propone irse con ella para crear un show musical en Broadway.

Steven Soderbergh dirigió en 2012 Magic Mike, su film sobre strippers masculinos, que pese a su vulgaridad tenía algún apunte sobre las consecuencias de convertir el sexo en un espectáculo. Su éxito propició una secuela en 2015, Magic Mike XXL, donde el cineasta cedió la realización a Gregory Jacobs, aunque se mantenía como director de fotografía. Ahora, vuelve a estar al frente de una tercera entrega.

El guión va dando bandazos, y ni siquiera funcionan los números musicales –que podían haber sido frescos–. De esta forma, no se entiende muy bien por qué el prolífico Soderbergh se ha decantado por rodar esta cinta. Todo indica que el realizador se siente identificado con el protagonista, pues no para de declarar que se quiere retirar, pero al final parece feliz en el mundo del espectáculo. Tiene también interés su denuncia de la frivolidad de algunas personas de clase alta con nulo interés en hacer nada útil con su vida, y que trata a palos a su mayordomo, y a quién se encuentra por el camino. Channing Tatum cumple de nuevo como protagonista, y está bien secundado por Salma Hayek, ideal para dar vida a la superficial Mendoza.