Un rostro del pasado (2018), de Ruth Du

Tras el nacimiento de su primera hija, Anna Gray contrata a Rachel para que le ayude en casa, durante los primeros días. Su cara le resulta familiar pero no recuerda quién es. En realidad, es la madre de una niña que Anna cuidaba de joven, pero que murió de muerte súbita, y ha trazado un plan para vengarse de Anna Gray porque la responsabiliza por lo ocurrido.

Uno más de esos numerosos telefilmes de personajes cercanos, en este caso una niñera, que bajo su apariencia inocente resultan ser psicópatas de intenciones macabras. Aunque la historia suena a mil veces vista, está rodada con un mínimo nivel de calidad e cuenta con intérpretes que se esfuerzan, por lo que se puede ver como mero entretenimiento.