The Curse (2022), de James De Frond

Londres, en 1983. Big Mick Neville, músico fracasado que apenas saca lo suficiente para vivir, frecuenta un café de mala muerte regentado por Tash, y el desastroso Joey, al que también acude con asiduidad Phil, otro pobre diablo que se hace llamar “El Capitán”, no se sabe bien por qué. Un día pasa por allí Sidney, hermano de Tash que trabaja como guardia de seguridad en un almacén donde se han depositado 50.000 libras, una cantidad que les solucionaría a todos la vida durante un tiempo. Tras beber de más, el grupo decide dar un golpe para quedarse con el dinero. Pese a su torpeza, tienen éxito en su empresa, pero para su asombro en el lugar encuentran una cantidad enorme de lingotes de oro valorados en millones de libras, cuyos legítimos propietarios, unos mafiosos, no se van a rendir hasta que los recuperen.

James De Frond, ganador del Bafta a la mejor serie de comedia con Murder in Successville, reúne a la mayor parte del elenco de aquélla. Esta vez, el grupo ha rodado una inspirada mezcla de thriller y comedia negra, que recuerda a las películas sobre hampones de medio pelo de Guy Ritchie. Se inspira libremente en una historia real. Consta de seis capítulos de unos 25 minutos que transcurren a ritmo frenético, con diálogos divertidos que permiten pasar por alto la falta de originalidad, y que cuando se intenta pasar al dramatismo en algún momento, no se consiga del todo.

Está muy cuidada la ambientación ochentera, con muchos elementos nostálgicos, y una banda sonora que traerá muchos recuerdos a quienes vivieron la época, sobre todo las canciones de Bananarama. Cuenta con un increíble plantel de actores, quizás poco conocidos fuera de Reino Unido. Acapara las miradas Tom Davis, con una increíble vis cómica, capaz de hacer reír con su sola presencia, que da vida a Mitch, un tipo que se cree un portento, pero al que parece que le falta un hervor. Davis también ejerce como coguionista.