A diente de perro

Darío trabaja en un almacén, pero a pesar de estar casado y tener un niño, no lleva una vida demasiado arreglada, engaña a su esposa y consume drogas. Para colmo de males tiene trapicheos con su amigo Abrahám, a quien el narco Ginés acusa de haberle robadoo. Darío y Abrahám emprenden una huida en automóvil a Francia con tan mala pata que el primero sufre un ictus al volante; de modo que muere su amigo, y él tendrá una lenta rehabilitación, mientras sufre presiones familiares, judiciales y de los delincuentes.

Primer largometraje de José Luis Estañ, quien probablemente lo habrá acometido con toda la ilusión del mundo. Su film no es muy afortunado, le falta tensión dramática y elementos que hagan que la acción avance, algo que empeoran ciertos pasajes discursivos, de diálogos poco pulidos; de modo que las tribulaciones del protagonista, interpretado por el desconocido –al igual que el resto del reparto– Miguel Ángel Puro, no atrapan. Lo que trata de suplirse con escenas de tensión y violencia, y con los actores hablando a grito pelado, recursos insuficientes.