All That Breathes (2022)

Nadeem y Saud son dos humildes trabajadores en Nueva Delhi, que dedican parte de su tiempo a proteger a las aves de la ciudad, y más concretamente al milano negro, a través de una asociación que han creado. Este hecho le sirve al director Shaunak Sen para servir un documental acerca del delicado equilibrio que hay que salvaguardar en la urbe concreta donde transcurre su historia, pero que igualmente cabe ser aplicado en todo el planeta. Lo hace de un modo muy gráfico con el plano con que arranca el film, donde vemos cómo amanece en Delhi, y en que vemos y escuchamos –son estupendas las imágenes, pero también el sonido– el despertar, si es que han dormido esa noche, de múltiples criaturas como ratones, las aves que sobrevuelan el cielo casi como cometas, y los seres humanos. Todos respiran, y a todos les toca convivir.

A lo largo de la narración se explican los efectos de la polución en los milanos, y cómo toca adaptarse en lo que sería una suerte de nueva etapa evolutiva, pero también vemos de fondo la persecución sufrida por la minoría musulmana en India, con los desórdenes y actos violentos que sacuden la ciudad. Quizá el ritmo es algo moroso, no apto para todos los paladares, y junto a los momentos más líricos, hay otros más tediosos, en que se viene a recoger la vida misma, lo que hay, la cotidianidad. Pero el conjunto invita a la reflexión, y a la responsabilidad del hombre ante su entorno, en todos los aspectos.