El vuelo de los ladrones (2023), de Ajay Singh

Neha, joven azafata, sucumbe a los encantos de Ankit Sethi, un encantador pasajero. Tras varias citas, éste le pide ayuda para robar unos diamantes que gángsteres tratan de pasar de contrabando a Nueva Delhi en uno de sus vuelos. Necesita la pasta para saldar una vieja deuda. El plan parece ir sobre ruedas hasta que secuestran el avión tres tipos que exigen la liberación de un terrorista de Cachemira. En tierra, el agente de inteligencia Sheikh se las ingenia para tratar de salvar a los pasajeros sin liberar al prisionero.

Tras el éxito de RRR, Netflix estrena otra cinta india, que atrapa desde el principio. El argumento parece bastante sencillo, pero se suceden los giros, porque nada es lo que parece. Los protagonistas, Yami Gautam y Sunny Kaushal, no están considerados megaestrellas en su país, y aunque exageran como es habitual en su país, le ponen bastante entusiasmo, y consiguen que sus personajes caigan simpáticos.

El debutante realizador Ajay Singh se luce con varias secuencias de acción, que recuerdan al film estadounidense Pasajero 57, aunque requieren suspender mucho más la incredulidad que en aquella. No aporta grandes consideraciones sobre la condición humana, pero entretiene. Se excede en metraje, pues los 110 minutos acaban resultando demasiados, y sobre todo sobran algunos flashbacks que cuentan cómo nació la relación entre Nehay Ankit, pero al lado de otras producciones indias parece un corto.