RRR (2022), de S.S. Rajamouli

En torno a 1920, durante la ocupación británica de La India. Scott Buxton, malvado gobernador, y su esposa, Catherine, se llevan a la niña Mali de una aldea. Sus tropas no dudan en matar a la madre de la chavala, cuando trata de evitar el rapto. Bheem, guerrero de la localidad, viajará a Mali para rescatarla, pero los ingleses mandan a detenerle a Raju, un indio que trabaja para ellos, aunque en realidad forma parte de un grupo revolucionarios. Tras encontrarse, Bheem y Raju se harán grandes amigos, y acabarán enfrentados a los invasores…

Superproducción de Tollywood, la industria de cine del sur de La India, que produce películas similares a las del vecino Bollywood, situado en Bombay. Ha costado 70 millones de dólares, lo que la convierte en una de las más caras de estas latitudes, aunque recaudó más del doble en la taquilla nacional, y después ha arrasado en su exhibición internacional a través de Netflix. Está al frente S.S. Rajamouli, que arrasó entre sus compatriotas con la dupla compuesta por Bahubali: The Beginning y Baahubali 2: La conclusión, de 2015 y 2017 respectivamente.

La presentación de ambos personajes –dos secuencias de acción exageradísimas e inverosímiles, rodadas con convincentes efectos especiales– supone toda una declaración de intenciones, pues Raju combate contra un tigre, mientras que Bheem se enfrenta en solitario a miles de manifestantes. A partir de ahí se suceden a buen ritmo más tramos vistosos de combates y persecuciones, números musicales, romance y mucho humor, de forma que aunque parezca increíble los 182 minutos del metraje no se hacen pesados, al menos para quien entre en la propuesta o reviva su ingenuidad infantil. El guión recrea libremente las vidas de lluri Sita Ramaraju y Komaram Bheem, dos revolucionarios reales, si bien nunca se hicieron amigos en la realidad.

No se disimula el ultranacionalismo del film. Las tres “R” del título hacen referencia a “Rise, Roar, Revolt” (“Levántate, ruge, revélate”), que dicta lo que debe hacer el pueblo de La India para levantarse contra la opresión. Se retrata a los miembros de las tropas coloniales como auténticos psicópatas, sólo se salva Jennifer, una colona de buen corazón que inicia un romance con Bheem. Los demás recuerdan al personaje de Ralph Fiennes en La lista de Schindler. Como modernos émulos de Errol Flynn –pero del bando opuesto a los personajes de éste en La carga de la brigada ligera y Kim de la India–, las estrellas locales N.T. Rama Rao, Jr. (Bheem) y Ram Charan Teja (Raju) consiguen ganarse la simpatía del público. No tienen mucho papel las actrices, ni siquiera Olivia Morris, que da vida a la citada Jennifer, que no pasa de interés amoroso pasivo, por lo que en todo caso destaca Alia Bhatt, con algo más de papel, como Bheema, novia de Raju.