Feroz (1984), de Manuel Gutiérrez Aragón

Pablo es un muchacho que ha crecido en estado semisalvaje en un medio rural. Escapa al bosque y allí se esconde en una cueva hibernando durante todo el invierno hasta que, al salir, descubre que se ha convertido en un oso. Un psicólogo se lo lleva a la ciudad e intenta educarlo hasta que pueda recuperar su humanidad perdida.

Fascinante cuento sobre la educación, uno de los temas preferidos de su director (Habla, mudita), que parte del mito de Rousseau y se inspira en películas como El pequeño salvaje de Truffaut. El tono general que rodea la historia es bastante discutible, aunque la etérea fotografía de Teo Escamilla y la interpretación de Fernán Gómez resultan memorables. A rescatar del olvido y analizar profusamente.