Gia (1998), de Michael Cristofer

Película basada en la tormentosa vida de una top model de los años 70, la italoamericana Gia Marie Carangi, tomando pie en parte de sus diarios. Criada en un hogar roto, afectivamente desequilibrada, Gia ha desarrollado su lado más salvaje y callejero, hasta que el buscatalentos de turno se fija en ella, y considera que podría ser una imagen rompedora en el mundo de la moda. De modo que se convierte en un rostro de portada en revistas como "Vogue", y sus fotos con modelitos mil ocupan las páginas de papel couché. Pero claro, todo esto tiene un precio.

Telefilm producido por HBO para el mercado del cable, está protagonizado por Angelina Jolie, arropada por secundarios de la talla de Faye Dunaway y Mercedes Ruehl. Sin embargo el resultado es altamente insatisfactorio. Está rodado al estilo de los trabajos de Adrian Lyne, o sea, aspecto videoclipero un tanto agotador, combinando imágenes en blanco y negro, y falsas declaraciones de la gente que conoció a Gia jalonando la narración. Lo que se pone ante nuestros ojos es una triste vida de muy escaso interés, marcada por la explotación de la sensualidad, el abismo de la adicción de las drogas, y por el deseo de algo parecido al amor, que en el caso de Gia supone la añoranza de la figura materna, y las relaciones sexuales, primero con hombres, luego con una mujer, por supuesto sin dar significado a la palabra compromiso. Resulta bastante deprimente la imagen que se ofrece del mundo de la moda, que parece absolutamente superficial y perecedero, un trabajo como de usar y tirar, con poco aprecio a la dignidad de las personas, reducidas en muchas ocasiones a puro objeto. En el último tramo el film se convierte en un pupurrí indigesto de sentimientos con sonido a falsete, donde se hace sitio aceleradamente al perdón, al hablar de Dios sin que venga demasiado a cuento, o la referencia a la relación lésbica con Linda como del auténtico amor de la vida de Gia.