Hidden Strike (2023), de Scott Waugh

Entretenida cinta de acción con elementos de comedia, coproducción de China y Estados Unidos, se nota que el primero intenta copiar de Hollywood los esquemas de sus “blockbusters”, y ello combinando el mandarín y el inglés como idiomas originales. Con trama más sencilla que el mecanismo de un chupete, se beneficia de un holgado presupuesto que permite espectaculares escenas de acción, peleas y explosiones, y del protagonismo de dos expertos del género, Jackie Chan y John Cena.

El personal de una refinería en Bagdad explotada por China debe ser evacuado bajo la escolta del oficial de élite Dragon Luo. En parte ha aceptado la arriesgada tarea porque ahí trabaja su hija Mei, ingeniera, de la que está distanciado, pues por trabajo él descuidó a la familia cuando la esposa estaba enferma. Por otro lado, los villanos de turno comandados por el ambicioso Paddock, tienen un ambicioso plan para robar el petróleo de la refinería, para lo que han contratado a un comando de mercenarios liderados por Chris, un buen tipo que necesita dinero para sacar adelante proyectos solidarios en una aldea del desierto. Vistas las aviesas intenciones de Paddock, Chris acaba haciendo un eficaz tándem con Dragon para salvar a los civiles implicados en la operación, y evitar el robo.

Scott Waugh, especializado en cintas adranalíticas de las que ha firmado Acto de valor y Need for Speed, demuestra que se le dan bien las escenas pirotécnicas, y las hay muy vistosas con los camiones esquivando obstáculos, afrontando tormentas en el desierto, o brincando y precipitándose por barrancos. Chan y Cena combinan escenas de peleas con su buena mano para los gags amables, Chunrui Ma pone el toque femenino tierno, y Pilou Asbæk, que se dio a conocer en Borgen y se ve que gusta a los chinos, pues estuvo en La gran muralla, es el malo de turno, quizá un pelín sosete en su composición.