Royalteen: La princesa Margrethe (2023), de Ingvild Søderlind

Secuela de Royalteen, producción noruega para adolescentes que triunfó en Netflix. Si aquella seguía los pasos del príncipe Karl John, ahora se cuenta la historia de Margrethe, su hermana gemela. Ésta sufre un desmayo durante un baile. La trasladan a un hospital local, donde le hacen un chequeo que saca a la luz restos de alcohol, benzodiazepinas y otros estupefacientes en su sangre. Sabiendo que las benzodiazepinas son drogas altamente adictivas, el médico recomienda que la trasladen a un hogar de cuidados psiquiátricos para combatir la adicción, pero la Reina, su madre, insiste en tratarla en casa. Sus progenitores están decepcionados con ella por recurrir a las drogas, especialmente su madre, que sufre de ansiedad severa. Margrethe tiene un secreto, y es que salió con su compañero de clase Gustav durante el baile de graduación y, junto con él, terminó tomando algunas sustancias ilegales...

Aunque habla de temas interesantes, como el peligro de los narcóticos, que también pueden hacer estragos en las familias de la nobleza, el film termina siendo más ligero de lo que se espera. Además, se echa de menos que se profundice más en la relación de la protagonista con su padre, punto más interesante de la historia. Aunque su personaje no está descrito con la suficiente complejidad en el guión, Elli Rhiannon Müller Osborne realiza un trabajo aceptable al frente de un reparto más o menos competente. Al final, cumple su objetivo de entretener al público, sobre todo al sector más joven.