Zog y los doctores voladores (2021)

Desde muy pequeña, la princesa Pearl soñaba con renunciar a sus privilegios reales, y dedicarse a la medicina. Ha logrado su sueño con ayuda del dragón Zog y del caballero Sir Gadabout, con quienes recorre el reino ayudando a criaturas en apuros, como un león que estornuda, una sirena quemada por el sol y un unicornio con un segundo cuerno. Tras una tormenta aterrizan en el castillo del rey, tío de Pearl, que no la deja volver a marcharse porque piensa que la casa real no puede dedicarse a la medicina. 

La productora británica Magic Light ha convertido en mediometrajes de 25 minutos varios libros infantiles de la autora infantil Julia Donaldson, como El caracol y la ballena, y Zog, donde ya aparecían el dragón y la princesa de esta cinta. Esta secuela tiene al frente a Sean Mullen, que pese a que se ha dedicado más a los documentales, logra un film digno con aceptable animación digital. Los personajes tienen cierta personalidad, y respetan mucho las ilustraciones originales del cuento, obra de Axel Scheffler.

Se mantienen las frases poéticas originales de Donaldson –que pierden un poco en versión doblada, lo que no se puede solucionar–. Enseña a los peques la importancia de no guardar rencor, y que pueden lograr en la vida cualquier aspiración si luchan por ella, también siendo del género femenino, por lo que tiene su toque feminista amable. En su estreno en cines en España, Zog y los médicos voladores se acompaña de cuatro cortometrajes sobre la libertad de elegir y la necesidad de cuidar a los que queremos.