El premio de tu vida (2023), de Anu Valia

Sorprendente serie compuesta de 10 capítulos de poco más de media hora, que parte de un libro M.O. Walsh. El punto de partida no puede ser más sugestivo. De la noche a la mañana, en el supermercado de una pequeña población, aparece la misteriosa máquina Morpho que funciona con monedas, al estilo de un photomaton, y que con tan sólo las huellas y el número de la seguridad social entrega a sus usuarios una tarjeta con una o dos palabras que les indica su potencial de vida, o sea, el mejor modo que se les ofrece para desarrollarse como personas. Los lugareños se toman lo que dice la máquina muy en serio, por ejemplo la directora del instituto local se compra una Harley Davidson para cumplir su sueño de ser una motera. En cambio, Dusty Hubbard, padre de familia con una hija adolescente y profesor de historia, que acaba de cumplir los 40, se muestra escéptico y rehúsa de entrada someterse a las predicciones de Morpho. Pero todos acaban sucumbiendo y planifican sus vidas con lo que señalan las tarjetas, la vanidad se ve halagada por la invitación a la “Realeza”, aunque también hay quien se siente abrumado con la palabra “Héroe”, o algo frustrado si lo que asoma es simplemente “Profesor que silba”.

El desconocido David West Read sabe crear intriga y expectación con los mimbres señalados, que invitan a pensar acerca de cómo nos planteamos nuestra existencia, si fácilmente nos adocenamos, considerando que las circunstancias en que nos toca desenvolvernos marcan lo que somos, con poco margen para la maniobra. Y así entran cuestiones como las de la libertad y la reflexión, frente al simple dejarnos llevar, quizá no seguimos literalmente a una máquina, pero sí lo que es "trending topic" en las redes sociales o los medios de comunicación. Y también se apunta una idea muy en boga en nuestra sociedad individualista, la de que hemos de realizarnos como personas, cumplir nuestros sueños, dando preponderancia al yo, yo, yo... Esta idea se lleva al extremo en el caso de los padres de Dusty, ya talluditos, y que con lo expresado por la máquina deciden amistosamente su divorcio para perseguir lo que nunca han vivido antes por verse atados por su vida en común.

Chris O'Dowd encarna muy bien al protagonista, un hombre risueño y razonablemente satisfecho con su vida, aunque de algún modo Morpho desata su particular “crisis de los 40”, porque se rebela frente a las fuerzas despertadas por la máquina entre la población, incluidos sus estudiantes, que no hablan de otra cosa, aunque, paradójicamente, él es casi el más obsesionado por la disrupción que ha supuesto en lo que era hasta ahora su vida cotidiana. E interesan las vicisitudes de los otros personajes, interpretados por un reparto de actores no demasiado conocidos, como Gabrielle Dennis, la madre que descubre la sofisticación, Ally Maki, la hija que arrastra la pena de la muerte de su novio en un accidente, Sammy Fourlas, el gemelo del novio fallecido....