Quédate a mi lado (2021), de Daniel O'Hara

Adaptación en forma de miniserie de una novela del popular escritor de best-sellers de intriga Harlan Coben, escrita en 2012. Como es habitual en sus tramas, aborda un caso policial del pasado, para el que aparecen nuevos datos que permitirán, tal vez, resolverlo.

Desarrollado por Daniel Brocklehurst, traza tres hilos narrativos que irán poco a poco confluyendo. Por un lado tenemos a Megan, a punto de casarse con el padre de sus hijos tras muchos años de convivencia, y ante la que aparece un pasado que ha tratado de dejar atrás. Mientras, el policía divorciado Michael tiene la intuición de que la desaparición de un joven tiene conexión con un caso que llevó en el pasado, el único de su carrera que ha quedado sin resolver. Además, el fotógrafo Ray sufre una agresión y le roban la cámara de fotos; como es un tipo previsor, tiene sus imágenes en la nube, y allí descubre que una de ellas muestra al chico desaparecido que está buscando Michael.

Podría ser una intriga entretenida, capaz de enganchar al espectador. Pero casi desde el minuto uno tiene una la sensación de asistir a una representación impostada, trufada de lugares comunes, hecha deprisa y corriendo, con el propósito de rellenar horas de parrillas televisivas o plataformas de streaming. Los personajes son muy superficiales, y resulta difícil creerse las “sorpresas” que depara el relato. Incluso el otras veces eficaz James Nesbitt no parece creerse demasiado a su estereotipado investigador de la policía. Tras la cámara están dos directores televisivos, Daniel O'Hara y Lindy Heymann, bastante convencionales en la realización.