Saint X (2023), de Dee Rees

Durante unas vacaciones en Indigo Bay, en pleno Caribe, la familia Thomas –padres y dos hijas– va a vivir una horrible tragedia. La hija mayor, Alison, brillante estudiante de Princeton, inteligente y guapa, aparece asesinada en un lago. Muchos años más tarde la hija pequeña, Emily, es ya una joven veinteañera que vive en Nueva York. Su vida no es feliz pues aún está obsesionada con los misteriosos sucesos que envolvieron la muerte de su hermana, algo que se va a incrementar cuando coincide por casualidad con Gogo, uno de los jóvenes que fue acusado del asesinato y que ahora trabaja de taxista en la Gran Manzana.

Serie creada por Leila Gerstein, que ha trabajado anteriormente en otras producciones de éxito, como O.C., Gossip Girl o Doctora en Alabama. En este caso se adentra en una historia criminal que proviene de la novela de Alexis Schaitkin. Es indudable que la intriga de Saint X entretiene medianamente y el equipo de guionistas se las arregla para crear cierta tensión gracias a la estructura narrativa adoptada. Por un lado presenciamos los acontecimeintos de la isla, antes y después de la tragedia, y por otro la trama da un salto en el tiempo para mostrar las investigaciones de la traumada Emily, la hermana menor, que acontecen en Nueva York veinte años más tarde.

Es un acierto que para atrapar al espectador sepamos desde el primer capítulo que Alison murió en la isla, de modo que la recreación de los días previos van arrojando más luz sobre las posibles causas, la gente implicada, las decisiones quizá equivocadas de la joven, etc. De no ser así resultaría una historia terriblemente aburrida, debido a que gran parte del metraje –por momentos parece un telefilm alargado hasta el culebrón– narra las relaciones de muchos personajes en la isla, aunque especialmente se detenga en las andanzas de Alison, una chica que se insinúa a todo el que pasa –otros veraneantes o personal de servicio– y parece ir con un lirio en la mano a la hora de crear imprudentes “expectativas”. Quizá por eso funciona mejor la parte más actual, la que sucede en Nueva York, aunque también el equipo de guionistas se empeña igualmente en ir a paso de tortuga a la hora de avanzar en la trama. En general da la sensación de que la historia podría haberse contado en dos horas y no en seis.

Al menos que el metraje de Saint X sea excesivo tiene como contraposición que ofrece un buen grupo de personajes correctamente perfilados. De todos ellos acaban adquiriendo especial relevancia las dos hermanas y los dos jóvenes que trabajan en el resort. En cuanto al reparto destaca sin duda West Duchovny (hija por cierto de David Duchovny y Téa Leoni) como Alison y Alycia Debnam-Carey como su hermana ya adulta, pero también tiene fuerza la jovencita Kenlee Townsend en el papel de la hermana de chiquilla. En cuanto al elenco masculino, hay que resaltar el correcto trabajo de Josh Bonzie en el papel del sufridor “Gogo”, uno de los mozos del complejo hotelero.