Barbaque

A Vincent le llena más su trabajo como carnicero que su esposa, Sophie, por lo que el matrimonio está en crisis. Un día, manifestantes veganos atacan el establecimiento familiar. Cuando poco después Vincent reconoce a uno de los culpables en una carretera, se enfrenta a él y acaba atropellándolo. La pareja lleva el cadáver del tipo a su casa, donde él lo corta en filetes, para deshacerse después de ellos; pero accidentalmente Sophie vende carne del muerto a uno de sus clientes, confundiéndola con jamón. Al parecer es tan sabrosa que el comprador pide más, y el producto empieza a tener una enorme demanda, lo que genera dinero para pagar las deudas. Puesto que su relación ha mejorado por recuperar su complicidad, Vincent y Sophie se plantean seguir matando a radicales de la misma cuerda para comercializar su carne.

Primer film como realizador en solitario del habitual actor cómico Fabrice Éboué, muy célebre en Francia. Se apoya en un punto de partida un tanto trillado, similar a la propuesta de títulos como Delicatessen, De grønne slagtere, con Mads Mikkelsen, o Sweeney Todd, el barbero diabólico de la calle Fleet. Por desgracia, los resultados no están a la misma altura, por culpa de un guión poco hecho, al que haría falta algún tiempo más para terminar de cocinarse, así que se vuelve repetitivo, y por los excesos sangrientos, y de humor negro, no es apto para todos los paladares.

Pese a todo, se acierta al criticar el radicalismo actual de quienes aseguran estar comprometidos con los derechos de los animales, pero por otro lado no dudan en dañar a seres humanos. Al mismo tiempo, también se dan palos a quienes propician la producción a mansalva de carne, en detrimento de su calidad. Todo ello se hace entre risas y de forma desenfadada, por lo que no parece que se intente enviar ningún mensaje serio. El propio Fabrice Éboué realiza un digno trabajo como Vincent, y está acertadamente respaldado por Marina Foïs en la piel de Sophie.