En un mundo de hombres (2021), de S.E. DeRose

Años 60 en Estados Unidos. Grace Gordon llega a su casa familiar del sur tras la muerte de padre, un juez respetado. Pronto es advertida de la paupérrima situación financiera que deja su padre y tendrá que idear algo rápido si quiere conservar la casa. Ante la negativa para renegociar con el banco, pues no está casada y las mujeres carecen de esa posibilidad, Grace buscará un trabajo y planeará con ayuda de sus sirvientas atrapar a un marido para salir adelante. Quizá un congresista amigo de la familia pudiera ser un buen candidato.

Un tema serio como es la lucha por los derechos civiles en la Norteamérica sureña de los primeros años 60 del pasado siglo es enfocada en En un mundo de hombres con una perspectiva amable, con un tono de comedia que sin dejar de hablar de la gravedad de la situación no pone nunca el énfasis en la tragedia, sino en la capacidad de los protagonistas de superar sus problemas. La historia escrita y dirigida por el debutante S.E. DeRose supone por eso cierta originalidad y se sigue en todo momento con interés y genera con frecuencia la sonrisa.

Por otra parte, aunque la ambientación y la puesta en escena son muy clásicas, al igual que la planificación escogida por DeRose, la narración introduce sin embargo caracteres fuertes y expresiones modernillas, también con algunos vocablos procaces. No sólo el tema de la raza es importante en la película, sino que además la cuestión de los derechos de la mujer toma cada vez más cuerpo según avanzan los minutos y acaba por ser capital. Se lleva la palma la protagonista, pero también tiene importancia el rol contestatario de la joven Jubilee (correcta Pauline Dyer), mientras que al hablar del racismo DeRose da voz también a una parte disidente de la comunidad negra que vivía acomodada y consideraba que su situación no podía mejorar. El reparto está fenomenal, empezando por Anna Friel, que cae bien nada más aparecer, pero también convence Kelsey Grammer en el papel del simpático congresista.