La gente como vosotros (2023), de Kenya Barris

Los Ángeles. Ezra trabaja como broker pero su deseo sería dedicar todo su tiempo a hacer un podcast cultural, pasión que ahora comparte con una socia, la dicharachera Mo. Por casualidad, un día tiene un encontronazo con Amira a la salida del trabajo, pero al poco tiempo ambos ambos descubren que se gustan mucho y acaban completamente enamorados.Con los meses, toca conocer a los padres. La cuestión es que va a ser complicado armonizar las cosas, pues Ezra es blanco y judío, mientras que Amira es negra y musulmana.

Divertida comedia dramática dirigida por el californiano Kenya Barris en su primera incursión como realizador de largometrajes. Presente la típica historia de urbanitas posmodernos, sempiternos jovenzuelos que no encuentran su lugar en el mundo y que se sientes perdidos, aunque gocen de vidas a priori felices y desahogadas pues provienen de familias pudientes de la costa Oeste. Detrás de la propuesta está Jonah Hill, quien además de encarnar al protagonista coescribe el guión con Barris y ejerce también de productor. Desde luego, el humor a veces chabacano y procaz pero también rápido e inteligente es muy propio de este cineasta, célebre por comedietas como Supersalidos y por películas de mayor enjundia como Moneyball o Una historia real.

La histora de La gente como vosotros incide en la cuestión de las diferencias, desde el punto de vista de los topicos racistas o religiosos. Así, enfrenta a dos familias muy distintas: una de negros y otra de blancos; una de judíos y otra de musulmanes. Aunque tiene su marea crítica de fondo, tales contrastes sirven sobre todo para generar humor continuamente y para mostrar las dificultades de convivencia, el peso hipócrita de lo políticamente correcto, los desencuentros generacionales y la carga de prejuicios que invaden a los personajes, por muy tolerantes y modernos que quieran parecer. Estamos ante una película con bastante verborrea, que basa los gags en los diálogos y en los momentos familiares de “tierra trágame”. Tienen gracia especialmente algunas escenas, como los primeros encuentros con los padres de la pareja o la desastrosa cena familiar.

Hay que reconocer las cualidades de Jonah Hill para el humor, con un personaje inseguro y agobiado hasta que conoce a la chica de su vida. Está bien flanqueado por Eddie Murphy –hay que ver el buen aspecto de este actor a sus más de sesenta años– como el padre de Amira (Lauren London), un tipo aparentón que se dedica a hacerle la vida imposible al protagonista, y por Julia Louis-Dreyfus como su repipi y artificiosa madre.