Los extraños (2023), de Nathaniel Martello-White

Hastiada de su vida, la afroamericana Cheryl abandona a su familia y desaparece. Tiempo después tiene una nueva vida, pues se ha cambiado el nombre por Neve, se hace pasar por blanca, y tiene un nuevo marido de clase más alta, Ian, así que vive en una casa lujosa con los dos hijos del matrimonio, Mary y Sebastian, y ejerce como subdirectora de un colegio privado. Romperá su tranquilidad el advenimiento de dos adolescentes negros que parecen ir detrás de ella. Llega a tomarles como figuras fantasmales, pero en realidad son de carne y hueso.

El británico Nathaniel Martello-White ha pasado muchos años como actor, en proyectos no demasiado conocidos, hasta que ha empezado a rodar cortos, y ahora debuta como guionista y realizador en el campo del largometraje. Se ha inspirado libremente en una historia real para componer un thriller con algunos mensajes sociales, que intenta seguir el camino de Jordan Peele, responsable de Déjame salir. No llega a la misma altura, pero al menos desarrolla una historia que no transcurre por senderos trillados. El primer acto, cercano al cine de terror, se hace un tanto largo.

Sobre todo denuncia que se tienen más posibilidades en la vida cuando la sociedad percibe al individuo como blanco, por lo que alguna persona podría tener la sensación de emprender una nueva vida, cambiando de raza. También se critica el hedonismo y la falta de compromiso imperante en la sociedad actual, donde en nombre de la felicidad propia, está incluso bien visto reiniciar la vida de cero, da igual si se causa sufrimiento a los demás. En el competente reparto destaca la labor de Ashley Madekwe, como la insegura Cheryl, a la que nada parece hacerla feliz.