Fubar (2023), de Phil Abraham

Luke Brunner es un talludito agente de la CIA, cuyas tareas de espía le han pasado factura, ahí están su divorcio y la desatención de sus hijos, siempre estaba viajando por trabajo con su tapadera de promotor de gimnasios. Pero algo ha debido hacer bien porque su adorable hija Emma trabaja en una ONG procurando agua potable en Colombia, entre otras labores humanitarias, y podría casarse pronto. Cuando le tocaba jubilarse, y tal vez reparar el daño causado a su familia, le encargan una última misión, ligada al hijo de un traficante de armas al que liquidó en el pasado. Y se va a llevar una sorpresa mayúscula al descubrir que Emma no se dedica exactamente a lo que pensaba.

Entretenida serie que combina acción y comedia, creada por Nick Santora, quien participó como guionista en Prison Break, antes de convertirse en “showrunner” de series moviditas como Scorpion y Reacher. Concebida a la mayor gloria del protagonista, el septuagenario Arnold Schwarzenegger, el planteamiento de la capa de fingimiento que un espía debe crear alrededor para desempeñarse en su trabajo recuerda a un film del actor, Mentiras arriesgadas. Y de nuevo tiene en frente a un personaje femenino de altura, el de Emma, interpretado por la en alza Monica Barbaro –era una aguerrida piloto en Top Gun: Maverick–, que sirve para desarrollar una original guerra de sexos padre-hija, en que funciona bien la dinámica de reproches mutuos, en que vienen a acusar al otro del mismo comportamiento engañoso del que ellos hacen gala. Todo alrededor de lo importante que es la sinceridad y la confianza en las relaciones, y la conciliación de familia y trabajo.

No es perfecta, y a veces tanto chistecito, con frecuencia de índole sexual, cansa un poco, pero Fubar está por encima de la media de la sobredosis de series a que nos vemos actualmente sometidos. Porque funciona la pareja protagonista, se sabe combinar el macguffin de la misión con las relaciones de los personajes, y porque hay unos secundarios medianamente esbozados, entre ellos los agentes interpretados por Milan Carter y Travis van Winkle, o el pánfilo novio de Emma, al que da vida Jay Baruchel. Es cierto que el villano de Gabriel Luna es un poco sosainas –hizo con Arnold Terminator: Salvation, y para algo están los amigos–, pero ocurrencias como la del terapeuta para mejorar la relación de Luke y Emma están bien traídas.