Beethoven 2: La familia crece (1993), de Rod Daniel

La familia Newton continúa su vida junto a su querido San Bernardo Beethoven, su fiel perro de compañía. El can conoce en el parque a Missy, una hembra de esta raza, y enseguida surge el amor entre ambos lo que da lugar a 4 preciosos cachorritos. Lo malo es que el dueño del perro está divorciándose de su arpía mujer, la pérfida Regina, y utiliza a Missy como moneda de cambio. Ella se queda con la perra hasta que su ex marido acepte el trato que ella impone. Mientras tanto, los niños Newton descubren a los perritos y se los llevan, pero tendrán que convencer a su padre para que los acepte. El cabeza de familia pone el grito en el cielo pero los acoge a regañadientes y como son fechas veraniegas, la familia se marcha unos días de vacaciones a una casita junto a un lago en un parque de Montana. Regina les seguirá los pasos.

Aceptable secuela de Beethoven. Uno más de la familia, donde el gran perro tiene descendencia. El film, destinado a los más pequeños, tiene momentos divertidos y aventuras a raudales, y no necesitaba más continuaciones. Lástima que estiraran la saga con tres películas más, totalmente innecesarias.