One Shot (Misión de rescate) (2021), de James Nunn

El teniente Jake Harris está al frente de un equipo de los Navy SEAL que viaja a una remota isla que alberga una prisión estadounidense al estilo de Guantánamo. Harris tiene el encargo de escoltar a Zoe Anderson, analista de la CIA que se llevará del lugar a un prisionero, Amin Mansur, ciudadano británico, que en teoría conoce los detalles de un próximo atentado yihadista en Washington. Cuando el grupo ha localizado a Mansur, irrumpe en el lugar un comando terrorista que pretende liquidarle, antes de que desvele lo que sabe.

En Green Street 3: Never Back Down y Eliminators, el realizador James Nunn ha tenido a sus órdenes a Scott Adkins, que poco a poco se convierte en la gran estrella del cine de acción para machotes al estilo del que filmaban en los 80 divos como Sylvester Stallone, que le dio el visto bueno, al reclutarle para Los mercenarios 2. Argumentalmente, el film no aporta nada distinto a Rambo y similares, y como es habitual en este tipo de cine conviene suspender la incredulidad para aceptar que el personaje central aniquile decenas de rivales sin despeinarse. Atención al momento en el que su personaje monta guardia para garantizar que no entre nadie en una habitación con uno de sus hombres, encarnado por Emmanuel Imani, y juntos aniquilan a varias docenas de enemigos, como si estuvieran en un videojuego.

En cualquier caso, se debe reconocer a Nunn que logra dar un aire nuevo a lo ya visto en numerosas ocasiones, al rodar la cinta en un falso plano secuencia, al estilo de 1917 o Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia). No llega ni de lejos a la misma altura, pero al menos sorprende continuamente por su maestría técnica. También logra actualidad al hablar sobre la legitimidad de la tortura, cara a impedir una catástrofe del estilo del 11-S. Al menos, al tal Adkins se le da bien dar vida a un action-hero, pese a que posiblemente no valga para ningún otro tipo de papel, y está bien escoltado por Ashley Greene, conocida por Crepúsculo, como la analista Anderson, y Ryan Phillippe, como el intransigente alcaide de la prisión.