Ofelia (2018), de Claire McCarthy

La reina Gertrudis se encapricha con una niña rebelde, Ofelia –hija del mayordomo Polonio y hermano de Laertes–, y la toma como dama de compañía. Los años pasarán, y la pequeña se convierte en una hermosa joven, capaz de atraer a Hamlet, el hijo del rey, recién llegado a la corte de Dinamarca tras una estancia en Europa. Pero el apuesto Hamlet se debate entre la atracción por Ofelia y los deseos de venganza por la muerte de su padre y el apresurado matrimonio de la viuda Gertrudis con su tío Claudio, que se convierte en nuevo rey. Pues llega a sus oídos que la muerte del rey fue provocada por un veneno mortal. Y fingirá una locura para tramar su venganza.

La idea de contar la historia de Hamlet desde una perspectiva diversa a la de William Shakespeare no es nueva, ya el danés Gabriel Axel se decantó en La verdadera historia de Hamlet, Príncipe de Dinamarca por una mirada que se ajustara más a los hechos históricos consignados en sus anales por Saxo Grammaticus. En tiempos de empoderamiento femenino, la novelista Lisa Klein ha aportado su granito de arena ofreciendo el punto de vista de Ofelia, arrancando con el momento en todo indica que se va a quitar la vida en las aguas de un estanque, aunque su voz en off señalando que nos ofrecerá otra versión de los hechos ya conocidos, puede hacernos albergar algunas dudas.

El riesgo de este tipo de experimentos es, evidentemente, que eso de “mejorar” a Shakespeare resulta cuando menos osado, y para no andarnos con paños calientes, pretencioso y condenado al fracaso. Porque la verdad sea dicha, cuando más nos interesa el film es cuando nos recuerda a la historia original del bardo, en cambio cuando aporta novedades como lo relativo al espectro, las razones del enloquecimiento de Ofelia, o la presencia de una bruja en el bosque que proporciona los venenos, y su relación con Claudio y Gertrudis, aquello suena artificioso, una forma alambicada de rizar el rizo sin aportar gran cosa.

Por supuesto la puesta en escena es vistosa en el capítulo de dirección artística, incluida la réplica de la clásica imagen de la muerte de Ofelia del prerrafaelita John Everett Millais, y en el reparto se defienden más o menos Daisy Ridley, Ofelia, George MacKay, Hamlet, y Naomi Watts, Gertrudis, pero en general los personajes son bastante unidimensionales, y resulta bastante plano Clive Owen dando vida a Claudio.