Róise y Frank (2022), de Rachael Moriarty

Róise (Bríd Ní Neachtain) lleva dos años viuda y todavía no levanta cabeza. La muerte inesperada de su marido Frank la mantiene en estado depresivo día tras día. Todos en su pueblo, con su hijo a la cabeza, conoce la situación y compadecen a Róise. Por eso pasan del estupor a la complicidad cuando la viuda empieza a recuperarse de la tristeza gracias a un perro callejero que la sigue a todas partes. Por varios indicios inexplicables, Róise está convencida que el perro es en realidad su marido Frank reencarnado.

Amena película irlandesa escrita y dirigida al alimón por Rachael Moriarty y Peter Murphy, colaboradores habituales desde hace muchos años, sobre todo en series para la televisión. Róise y Frank es una película la mar de curiosa pues tiene un planteamiento con toque fantasioso que le confiere un aire de cuento ligero, con enfoque nítidamente optimista. Con un tono más de comedia que de drama asistimos a la recuperación paulatina de la viuda, que empieza a despertar a la vida y a la relación con los demás gracias a la aportación terapéutica del can-marido.

Rodado en gaélico, Róise y Frank es un relato con numerosos elementos típicos de la isla verde. En primer lugar está ambientado en un pequeño pueblo, en donde la comunidad está muy unida, todos se conocen y se sienten empujados a dar cuerda, si no credibilidad, a la viuda. Por supuesto, en el lugar se habla gaélico y fieles a las costumbres locales tiene mucha presencia el hurling, un deporte de origen celta con mucha tradición. Quizá sorprende la ausencia de la religión cristiana, aquí desplazada por las referencias a la encarnación. En cuanto al reparto, cumple sin grandes alardes.