Testigo de cargo (2016), de Julian Jarrold

Después de la Primera Guerra Mundial, Leonard Vole es un joven recién despedido del que se encapricha una rica millonaria solterona, Emily French, que lo colma de atenciones buscando sus favores sexuales. Lo que provoca unos terribles celos en la criada de la señora, Janet McIntyre. El asesinato de Mrs. French, justo cuando había modificado su testamento en favor de Leonard, lo convierte en principal sospechoso. Aunque a la hora del crimen habría estado con su esposa de origen austríaco Romaine Heilger, bailarina en una revista de variedades. El procurador en cortes John Mayhew, que perdió a un hijo en la guerra, cree en la inocencia de Leonard a quien ve con mirada paternal, y pone todos los medios a su alcance para proporcionar pruebas a la defensa. Sobre todo cuando Romaine testifica inesperadamente en su contra.

Adaptación de la obra de Agatha Christie, que fue relato corto antes de convertirse en obra teatral, y que en el cine conoció una adaptación magistral dirigida por Billy Wilder. Igual que hiciera en su olvidable versión de Retorno a Brideshead, basada en la novela de Evelyn Waugh, a la hora de convertir “Testigo de cargo” en miniserie con guión de Sarah Phelps, Julian Jarrold se toma bastantes libertades.

En efecto, al meollo de la historia se le introducen modificaciones de entidad y se añaden varias capas “modernas”. Lo menos llamativo es la novedad del contexto de la guerra convirtiendo a los jóvenes en víctimas condenados a endurecerse como sus mayores, lo chocante es sugerir la atracción lésbica de la criada, la introducción de alguien que es “falso culpable” y que es condenado a la horca, y las frustraciones conyugales del procurador, que cobra más importancia que el abogado.

La producción está muy cuidada, aunque la fotografía preciosista y quemada, que juega con contrastes, dorados y humos y niebla, resulta muy artificial. Los actores lo hacen bien, especialmente Toby Jones y Andrea Riseborough, aunque al primero le hacen cargar con un rasgo absurdo que distrae a lo largo de todo el metraje, una tos continua producto de haberle afectado los gaseamientos de la guerra.