Artur Brauner

El holocausto judío de la Segunda Guerra Mundial ha sido tratado en el cine desde variadísimas perspectivas. El veterano director alemán Joseph Vilsmaier, célebre por haber realizado en 1993 la dura y antibélica película Stalingrado, que cosechó elogiosas críticas, regresa a los terribles años del nazismo para hablar del sufrimiento del pueblo judío. En este caso, centra la historia en el último tren que salió desde Berlín con destino a Auschwitz, en abril de 1943, con 688 personas apiñadas como animales en sus infectos vagones. El guión presenta a unos pocos personajes que coinciden en uno de los vagones, principalmente un matrimonio con dos hijos pequeños, una pareja de novios y un matrimonio de ancianos artistas. Durante los seis horrorosos días que dura el trayecto tendrán que soportar indecibles sufrimientos: el calor, el hambre, la sed, la desesperación, el pánico, etc. Ante lo dramático de la situación unos cuantos permanecen impotentes frente a lo que el futuro les depara, mientras que otros intentan la fuga día y noche, serrando barrotes o intentando abrir un agujero en el suelo del vagón. Mientras tanto, los pasajeros van cayendo en la locura o mueren de inanición, de ataques al corazón o incluso asesinados por el sanguinario oficial que comanda el convoy. Joseph Vilsmaier y su mujer Dana Vávrová ofrecen un film triste y agobiante, cuyo escenario es casi únicamente el interior del vagón de mercancías. Aunque la inserción de algunos recuerdos felices de los personajes da por momentos un breve respiro, el conjunto es demasiado monótono, lineal, pues ciertamente pocas cosas novedosas pueden suceder a los desdichados pasajeros. De todas maneras el film ofrece momentos de esperanza y de consuelo en la trascendencia, e incluso dibuja algún retrato más humano de ciertas facciones del ejército alemán.

Varsovia, 1943. El joven matrimonio formado por Alek y Fryda logra salir del ghetto donde están confinados los judíos a través de una galería de túneles. En su poder tienen fotos de horror que se vive en ese obligado confinamiento, que esperan poder mostrar al mundo. Ya en libertad, Fryda se oculta en una iglesia católica y Alek es acogido por una mujer mayor que él, Stefania, que le ofrece techo pero también intimidad sexual, que el otro no rechaza por salvar la piel. Algo que no va a hacer ninguna gracia a Fryda. Variante del subgénero bélico del holocausto. Destaca el trabajo de Julie Delpy como la mujer burlada, que va a orquestar su particular venganza, donde los celos se extreman por las penosas condiciones de persecución.

Aaron Reichenbach es un viejo que ataca sin motivo aparente a Arnold Krenn. Gabriele, una abogada, es testigo de los hechos y decide defender a Aaron. Así, descubrirá que él es un judío superviviente de un campo de concentración y Krenn el oficial al mando de este campo que mandó ejecutar a sus hermanas. Una película que trata el tema del holocausto de forma tangencial, viendo los efectos que el tiempo todavía no ha logrado disipar.

Baratísima producción hispano-alemana descrita y dirigida por Jesús Franco. Se trata de una historia policiaca que sigue las pesquisas de un inspector de Scotland Yard que investiga los asesinatos de varias personas que guardan en común una curiosa característica. Antes de matar, el asesino hace la maleta a su víctima. La historia se basa en una novela de Bryan Edgar Wallace y está protagonizada por varios actores alemanes y españoles de poco prestigio, mientras que el director Jesús Franco se reserva un pequeño papel. El aire es ligero, con algunos puntos humorísticos, como las apariciones del fotógrafo. Lastra bastante el conjunto la poca calidad de las imágenes.

Un avión sale de Chile en la época de la dictadura, con rumbo a Brasil. Viajan pocas personas, hombres y mujeres, entre ellos un periodista llamado Tom Nilson (Thomas Hunter) y un hombre de negocios que ha escapado del país con un alijo de diamantes. Cuando el avión tiene un accidente en la jungla, los diamantes se convierten en el objetivo de varias personas, dispuestas incluso a asesinar para conseguirlos. El director Jesús Franco dirige esta película rodada en alemán con parte del reparto extranjero. Como siempre en las películas del director madrileño especialista en serie B, la planificación es muy cutre, y hay escenas morbosas de sexo y una trama algo descuidada y simplista. Sin embargo, el film tiene cierto ritmo y funciona más o menos la intriga por conocer el desenlace.

Álex, un niño de once años acompaña a su padre en los trabajos de su granja. Allí nace un potrillo con el que el chaval se encariña y al que llama "belleza negra". Pero el padre pierde la granja debido a las deudas y el caballo pasa a ser de otro propietario. Será el primero de un gran número de dueños y variados sucesos que vivirá el equino. Producción europea de animales que adapta una novela de Anna Sewell, ya llevada a la pantalla en otras ocasiones. Aquí hay esfuerzo de producción y algún momento logrado, aunque el guión es un poco deslavazado y falto de intensidad, también por la cantidad de personajes y tramas que aparecen en él. Destaca la presencia de Mark Lester (Oliver!), que interpreta al niño del inicio.