The Skulls (2000), de Rob Cohen

Luke es un aventajado alumno de una prestigiosa y elitista universidad estadounidense. Su espectacular expediente académico le permite ser admitido en una asociación secreta de estudiantes. Mola mucho pertenecer a "The Skulls", una especie de masonería; lo malo es que el suicidio de uno de los mejores amigos de Luke le hace sospechar que quizá no es todo trigo limpio en la misteriosa hermandad. Destapar los trapos sucios de "The Skulls" podría poner en tela de juicio la carrera de algunos de los hombres más influyentes en EE.UU.

El guionista John Pogue asegura que de estudiante las sociedades secretas le fascinaban. Y que un día vio a un compañero que lucía en la solapa un misterioso pin: "Le pregunté si era miembro de una sociedad secreta. Sin decir una palabra se volvió y se fue". A Rob Cohen, el director, le gustó la idea: "El cine para gente joven a menudo es muy superficial: conseguir chica, practicar el sexo, ir a la graduación. Aquí teníamos una historia interesante y moralmente compleja". Quizá lo más flojo es el reparto, de rostros desconocidos y algo anodinos.