Viaje al paraíso (2022), de Ol Parker

Lily acaba de graduarse en derecho, y un brillante porvenir se le presenta como abogada en un bufete de Chicago. Pero antes decide disfrutar de unas vacaciones paradisíacas con su amiga Wren en Bali, y allí se enamora perdidamente del exótico, guapetón e inteligente Gede, hasta el punto de prometerse, renunciar a su carrera en Chicago, y quedarse a vivir ahí. Enterados sus divorciados padres David y Georgia, que no se llevan nada bien, deciden unir esfuerzos para sabotear el posible enlace, piensan que Lily, su niña bonita y superlista, está a punto de cometer el mismo error que ellos cuando se casaron.

Ol Parker, guionista de El exótico Hotel Marigold y su secuela, y director de Mamma Mia! Una y otra vez, reincide en la comedia romántica, ahora de un corte más clásico que nunca, jugando al contraste entre la guerra de sexos que mantienen los padres divorciados –estupendos Julia Roberts y George Clooney, que se les ve encantados de trabajar juntos y revisitar un género que les eludía en los últimos tiempos–, y la pareja superenamorada –la en alza Kaitlyn Dever, y el más bien desconocido Maxime Bouttier–.

La película, coescrita por Parker y Daniel Pipski, no inventa la pólvora, y hasta puede parecer algo previsible. Pero se ve con agrado, porque intenta llegar a todos los públicos sin los peajes que exigen determinados parámetros culturales, motivo por el que puede tener buena acogida, pues con demasiada frecuencia el cinismo domina en las historias que se nos cuentan en la pantalla. Y aquí hay una apuesta por el amor verdadero, señalando los sacrificios que conlleva, a veces la mejor forma de mostrar el afecto a la persona amada, es la discreción y el silencio ante lo que podría hacerla sufrir, aunque una decisión de ese corte también es arriesgada y puede suponer una falta de confianza. El caso es que combina bien los buenos sentimientos, y las situaciones lacrimógenas, con otros momentos para reír o sonreír a gusto.

Es cierto no obstante que a la película le falta un hervor, y si no contara con Clooney y Roberts, la cosa sería bastante diferente, dicho sea sin restar méritos al resto del reparto, con muchos papeles para actores desconocidos. Pero me parece un film paradigmático acerca de la añoranza que hay del Hollywood de las historias de toda la vida, bien apoyadas en el “star system”; quizá hay un ensimismamiento en hacer “cine importante”, o en atarse a las franquicias sin mucho discernimiento; el ejemplo de este film o el de Top Gun: Maverick debería hacer recapacitar un poco a los estudios, acerca de cómo sirven el cine de entretenimiento.