Un bocado exquisito (2021), de Christoffer Boe

Carsten, reputado chef, parece tenerlo todo. Dirige un famoso restaurante de Copenhague, con su esposa, Maggi, con la que tiene dos hijos, un lujoso apartamento en el centro de la ciudad y una hermosa cabaña en Suiza. Sólo les falta la codiciada estrella Michelín. Tras la visita al local de uno de los críticos que la conceden, Carsten  recibe una carta anónima que le avisa de que Maggi ama a otro hombre. Ella parece hastiada de que le dedique más tiempo al restaurante que a la familia, pero aún así el cocinero tratará de salvar el matrimonio.Carsten, reputado chef, parece tenerlo todo. Dirige un famoso restaurante de Copenhague, con su esposa, Maggi, con la que tiene dos hijos, un lujoso apartamento en el centro de la ciudad y una hermosa cabaña en Suiza. Sólo les falta una codiciada estrella Michelín. Tras la visita al local de uno de los críticos que la conceden, Carsten  recibe una carta anónima que le avisa de que Maggi ama a otro hombre. Ella parece hastiada de que le dedique más tiempo al restaurante que a la familia, pero aún así el cocinero tratará de salvar el matrimonio.

El danés Christoffer Boe ha dirigido largometrajes como Todo irá bien. No se le conoce tanto como a otros compatriotas, pero en busca del reconocimiento esta vez ha coescrito el guion con el prestigioso Tobias Lindholm, autor de libretos para Thomas Vinterberg, como La Caza y la oscarizada Otra Ronda. Han dividido el film en pasajes que tienen títulos de sabores, lo que viene al pelo, pues tiene escenas ácidas, pero también amargas y dulces. De puesta en escena sofisticada, no faltan las sugerentes imágenes de diferentes platos que distinguen las mejores películas culinarias.

Se trata de un intenso drama, pero con cierta luz al final del túnel, sobre los peligros de la adicción al trabajo, y de descuidar a la familia. Apuesta por no tirar la toalla a la primera de cambio, y muestra los daños colaterales, en los hijos de cónyuges enfrentados. Al ser una estrella por Juego de tronos, Nikolaj Coster-Waldau venderá las entradas y garantiza la distribución internacional. Realiza un aceptable trabajo, e incluso se ha preparado el papel con el reputado chef Rasmus Kofoed, por lo que se le ve como pez en el agua en la cocina. Pero la película es de Katrine Greis-Rosenthal (Maggi), que borda un personaje complejo, tan ambicioso como vulnerable. Al igual que algunas veces se disfruta más un sencillo pisto manchego que los platos más pretenciosos, el film habría mejorado si se hubiera rodado con mayor sencillez. Quizás sobran algunas secuencias de bellos encuadres, un tanto pretenciosas, que alargan innecesariamente la propuesta.