Fundación (2ª temporada) (2023), de David S. Goyer

Segunda temporada de la serie inspirada por la saga literaria de “Fundación”, novelas de ciencia ficción del maestro del género Isaac Asimov, desarrollada por David S. Goyer y Josh Friedman. Se confirma la ambición de la propuesta, con un elaborado diseño de producción y vistosos efectos visuales, pero también las limitaciones inherentes a unos libros muy difíciles de llevar a la pantalla, y a la colisión de intereses cuando se intenta ser fiel al original, innovar para las nuevas generaciones, ser complaciente con las pautas dictadas por las políticas de diversidad, y ofrecer un poco de acción dentro de una trama discursiva y filosófica bastante farragosa. Este nadar entre varias aguas conlleva el riesgo de decepcionar a los puristas amantes de la obra de Asimov, y aburrir a los recién llegados, que pueden no entender gran cosa de la trama, véanse las crisis que hay que evitar anticipándose al futuro.

Los primeros capítulos publicados en Apple TV+ nos muestran a Hari Seldon, el creador de la ciencia de la psicohistoria y de la Fundación que debe desarrollar sus hallazgos, atrapado en una extraña prisión con raras formas geométricas. Entretanto las amenazas contra el imperio crecen en Trántor, y Día, también conocido como Cleon XVII, sufre un atentado que por poco le cuesta la vida, mientras trata de mantener el gobierno trinitario con sus hermanos Amanecer y Crepúsculo, establecer una alianza con la reina Sareth, y no tener que recurrir a sus clones para asegurar la pervivencia de su linaje. Mientras que Gaal Dornick, la discípula de Hari en sus tareas enciclopédicas, se ha encontrado en Synnax con la hibernada Salvor, su hija, y ambas intentan volver a Términus.

La nueva temporada ofrece elementos que resultarán familiares a los que hayan leído las novelas, como el apunte de una Segunda Fundación reclamada por Hari, pero a lo que Salvor no prestó la atención debida, o el misterioso, resentido y cruel personaje del Mulo, con unos increíbles poderes mentales capaces de someter las voluntades ajenas. Y juega con conceptos como fe y ciencia, planteando la paradoja de que algunos conocimientos científicos obtenidos con la psicohistoria deben presentarse al vulgo con parafernalia mágica, y revestimiento profético, para lograr su adhesión. Por supuesto repiten los actores, encabezados por Jared Harris como Hari, mientras que se suma desde el capítulo 2 Mikael Persbrandt para dar vida al Mulo.