Las mariposas negras (2022), de Olivier Abbou

El prometedor novelista francés Adrien Winckler se encuentra atravesando un momento profesionalmente delicado, pues ha perdido la inspiración y eso también está afectando a la relación con su novia. Por suerte recibe una llamada que puede sacarle del atolladero: el octogenario Albert Desiderio le ofrece contarle su historia en vistas a una futura publicación. Adrien acudirá a su casa y entonces comenzará a escuchar la espeluznante historia de Albert y Solange, que asesinaron a varias personas en los años 70.

Sórdida miniserie francesa creada por Olivier Abbou y Bruno Merle, cuyo guión se adentra en las oscuridades de los comportamientos humanos hasta profundidades insospechadas. Presenta una colección de comportamientos insanos, con personajes criminales cuyas historias se irán revelando poco a poco, con el curso del relato-confesión que escucha el protagonista, Adrien, hasta el desvelamiento de una verdad que pondrá patas arriba su vida y su futuro. La profusión de escenas sexuales explicitas y de violencia sangrienta no hacen precisamente de Las mariposas negras una serie destinada todos los públicos, más bien se trata de un drama criminal que, aunque atrapa por su intriga, resulta demasiado desagradable, fatalista y retorcido.

Narrada en dos tiempos, en el presente y en los pasados años setenta, ambos convenientemente ambientados con una cuidada fotografía, la trama de Las mariposas negras presenta tres hilos narrativos diferentes, pues al trabajo novelístico de Adrien y a su recreación de los hechos desvelados por Desiderio, hay que sumar también una pequeña subtrama policial de búsqueda de los asesinos ambientada en el presente. El guión está sumamente trabajado en este sentido, bien ensamblado, con varias sorpresas y giros impactantes que hasta el final mantienen la intriga, a pesar de que hacia el desenlace todo resulte un tanto rebuscado en su intento exagerado de rizar el rizo una y otra vez.

La miniserie consta de seis capítulos de cerca de una hora de duración, todo ellos dirigidos por Abbou. Por otra parte, más allá de lo logrado o no de la trama, la historia deja en el espectador una sensación altamente deprimente, pues pesa demasiado en el conjunto la enfermiza depravación de la pareja que une asesinato y placer sexual, mientras que el resto de los personajes arrastran vidas altamente tristes, traumatizadas e insanas de acuerdo con la influencia que han tenido en ellos los hechos criminales ocurridos en el pasado. El reparto hace un trabajo correcto, donde habría que destacar especialmente a Nicolas Duvauchelle y al veterano Niels Arestrup.