Cameron Mitchell

Una película que Orson Welles no pudo terminar y estrenar en las salas de cine, se presenta de modo acabado 33 años después de su muerte, gracias al apoyo de muchas personas, instituciones y empresas, entre otros destacan los nombres de Frank Marshall y Peter Bogdanovich –estudioso y amigo de Welles, firmó un libro sobre él a partir de sus conversaciones–, éste además actor de una obra que ha permanecido en el limbo durante décadas. Una plataforma como Netflix facilita la difusión masiva de una película que tiene la vitola del genio Welles, lo que no impide que sea de arduo visionado, su complejidad no hace previsible que el gran público acceda a ella. Incluso, sin dudar de la ambición de la propuesta, se plantean muchas preguntas para el amante del cine de este gran cineasta: ¿de verdad es ésta la película que pretendía su director? Y en caso de serlo, ¿es una película lograda? Cuando uno ve cómo se ha vendido el film, y las ganas de Welles que había entre los cinéfilos, vienen a la cabeza J.R.R. Tolkien con su genial trilogía de “El Señor de los Anillos” –el equivalente, para entendernos, a Ciudadano Kane, en literatura fantástica–, y los posteriores esfuerzos de los custodios de su legado por publicar cualquier papel que hubiera dejado escrito el autor sobre la Tierra Media y alrededores, que por supuesto no están a la altura de la que es su obra maestra. En efecto, Al otro lado del viento es una película valiosa, especialmente para estudiosos, con momentos muy logrados, y gozosos pasajes estéticos, como esa persecución con un extraño juego de sombras que reinventa la secuencia del laberinto de espejos de La dama de Shanghai. Pero no es memorable. La película documenta el supuesto último día de trabajo del mítico director de cine Jake Hannaford, que ha sufrido un accidente mortal de automóvil tras acudir a una fiesta donde se ha proyectado con diversas interrupciones un copión con imágenes de su nueva película. De modo que la trama discurre fragmentadamente entre el material filmado de esa fiesta, por distintas personas y con distintos formatos, y la propia película en la que Hannaford estaba trabajando, donde un hombre y una mujer se persiguen sin que sepamos por qué, gran parte del metraje completamente desnudos. La película de Orson Welles, con la metáfora del título, “el otro lado del viento”, está coescrita con la croata Oja Kodar, también actriz y su amante, lo que no deja de ser otra circunstancia singular. Y se plantea como una reflexión acerca del oficio de cineasta, no exenta de ambigüedad y de un punto de ironía en torno al cine de autor, también en lo relativo a la relación con los actores, productores, técnicos. Ahí, Welles parece sentirse a gusto con un personaje director-actor, John Huston, encarnando a Hannaford, con rasgos viriles a lo Ernest Hemingway, incluido el gusto por las armas de fuego y las peleas con los puños desnudos. No podemos olvidar que su film se está gestando en el nuevo Hollywood de los 70, con jóvenes barbudos admiradores del cine europeo, de hecho entre los asistentes a la fiesta del film se encuentran personalidades como Claude Chabrol, uno de los cineastas emblemáticos de la nouvelle vague. Y tras esa especie de argumento sesudo pero también hueco, representativo del célebre antiargumento para representar el vacío existencial, que han manejado directores como Michelangelo Antonioni, o el erotismo rampante –aunque haciendo un habilidoso uso del bloqueo–, que podría hacer pensar en Bernardo Bertolucci o Ingmar Bergman, parece adivinarse a un Welles burlón y ambiguo, un Harry Lime de carne y hueso, el mismo que aleteaba detrás de Fraude, donde no se sabía dónde empezaba el arte y terminaba la falsificación; curiosamente en este film también tuvo parte creativa Kodar.

Para entrenarse, un grupo de mercenarios secuestra a individuos a los que dan caza en un bosque. Pero un día se llevan al tipo equivocado, Ted, que resulta ser un veterano del Vietnam. La presa se convierte en el cazador. Violenta cinta de acción que sigue la estela de Acorralado y similares. Cuenta con algún actor de prestigio, como Cameron Mitchell y Troy Donahue, en su etapa de decadencia, pero en general el reparto es bastante mediocre.

Brady Hawkes, Billy Montana y Jeremiah se encuentran en un tren cuando es asaltado por una banda de asesinos. Cuando toman como rehén al joven Jeremiah, Brady como Billy tendrán que rescatarlo. Extensa segunda parte de El jugador –más de tres horas de película–, con protagonismo para el cantante Kenny Rogers, quien acabó metiéndose en la piel del personaje de Brady Hawkes en hasta cinco ocasiones. Destaca la presencia de Linda Evans.

Supersonic Man, un héroe de procedencia alienígena, es enviado a la Tierra, para enfrentarse a un grupo de individuos diabólicos que planea destruir la galaxia. Esforzado intento de rodar un film de superhéroes del español Juan Piquer Simón. A pesar de la evidente falta de medios, tiene cierto encanto.

A raíz de la popularidad de la tremenda Mandingo (1975), se rodaron muchos subproductos sobre las torturas –principalmente sexuales– a esclavos y esclavas negras. El título que nos ocupa es uno de ellos, como demuestra su contundente frase publicitaria: "No eran seres humanos, eran fieras salvajes dominadas por el látigo del hombre blanco". A pesar de ser cine de nula calidad, allí estaban actores como Trevor Howard –con enormes patillas–, la sueca Britt Ekland, Ray Milland y Cameron Mitchell, liderados por el Tarzán televisivo Ron Ely. En el año 1884, un matrimonio huye a África tras un duelo de honor. Allí hallarán un mercado de esclavos brutal comandados por un tal Da Silva (Mitchell), un hombre déspota y cruel al servicio de un traficante sin escrúpulos.

En pleno cine de catástrofes, las abejas asesinas eran una opción. Sobre todo si había una novela escrita por Arthur Herzog Jr. en la que basarse. Dirigida por el especialista en el tema, Irwin Allen (productor de La aventura del Poseidón y El coloso en llamas), la acción se desarrolla en Texas. Allí crea el caos un enjambre de abejas africanas que anteriormente habían pasado por el Caribe y Brasil. Para su producción se usaron 20 millones de abejas y, en vista de la imposibilidad de adiestrarlas para que no picasen a la gente, se tuvo que recurrir a filmarlas desde el aire para dar sensación de peligro. Además, tal y como contaba Michael Caine en su biografía, “el principal problema era que las abejas te llenaban de mierda”. A pesar de un reparto espectacular – Richard Widmark, Olivia de Havilland, el citado Caine, Katharine Ross, Henry Fonda...–, el film pinchó en la taquilla americana donde recuperó solo 10 millones de dólares de los 21 de su coste. No sabemos muy bien por qué su vestuario obtuvo una nominación al Oscar. Extraordinaria banda sonora de Jerry Goldsmith.

Comedia protagonizada por Evel Knievel, legendario especialista, famoso en Estados Unidos en los 70 por sus espectaculares saltos en motocicleta. Knievel se interpreta a sí mismo. La trama comienza cuando viaja a México para ejecutar uno de sus espectáculos, y mantener un encuentro con sus numerosos fans. Evel Knievel, que apenas tenía experiencia como actor –había aparecido como motociclista en una pequeña aparición en Freebie and the Bean–, está acompañado de secundarios convincentes como Gene Kelly.

Tras la experiencia de dirigir e interpretar El hombre de Kentucky (1955), Burt Lancaster afirmó que no volvería a hacerlo. Sin embargo, cayó de nuevo en la tentación en este thriller donde no sólo actúa sino que también produce, dirige y escribe junto a Roland Kibbee. Basado en la novela “The Midnight Lady and the Mourning Man”, de David Anthony, Lancaster es Jim Slade, un policía que va a prisión por herir al amante de su esposa. Tras cumplir su condena encuentra trabajo como jefe de seguridad de un instituto, y se ve obligado a investigar un caso de asesinato. Su fracaso en taquilla y las malas críticas que el filme recibió –se le comparó injustamente con adaptaciones de novelas de Raymond Chandler– llevó al actor a la determinación de, esta vez en serio, no volver a dirigir.

Melodrama racial que adapta la novela de William Bradford Huie según el guión de Millard Kaufman y Samuel Fuller, siendo precisamente un proyecto que finalmente no pudo ser llevado a cabo por éste último. Su trama se sitúa en un pequeño pueblo del Estado norteamericano de Alabama, donde el odio a la gente de color hace que reaparezca el temido Ku Klux Klan. Sólo un sheriff honesto (Richard Burton, por aquel entonces con 50 años de edad) parece dispuesto a combatirlos. Aunque la película tuvo críticas nefastas -incluso burlescas-, su reparto femenino resultó muy impactante destacando Lola Falana, Luciana Paluzzi y Linda Evans. Tampoco podemos obviar la presencia de O.J. Simpson, después célebre por salir libre del proceso de asesinato de su esposa.

James Devlin es dado por muerto al ser condenado a muerte por ahorcamiento, de bido a un asesinato que no ha cometido. En su huida se topará con una joven viuda que ve cómo su rancho es acosado por los poderosos del lugar. Western discreto, aunque mantiene el interés. Protagoniza Steve Forrest, habitual en el reparto de numerosas series televisivas, como Los hombres de Harrelson, Dallas o Se ha escrito un crimen.

Buck (Sidney Poitier) es un antiguo oficial de caballería del ejército de la Unión. Con el fin de la guerra, se ha convertido en un experto guía de ex esclavos que se dirigen hacia el oeste, en busca de nuevas tierras y de un futuro próspero. En uno de sus viajes se cruza con un predicador farsante, interpretado por Harry Belafonte, que mezcla al bueno de Buck en sus planes. Buck debe enfrentarse con un grupo de pistoleros blancos, llamados los Jinetes Nocturnos, cuya misión es evitar que los negros se marchen hacia el norte. De este modo, pretenden conservar la barata mano de obra para sus tierras. Las complicaciones para Buck no han hecho más que comenzar. Se trata de la primera película de Sidney Poitier como director. Un western con un planteamiento original, que aporta al género la presencia de actores de color, a la vez que entretiene. La acción y la aventura a través del salvaje oeste están aseguradas.

En una convulsa zona de Oriente, repleta de continuas guerras, masacres y luchas de poder, un científico acaba de crear una máquina que puede restaurar el orden en el lugar y acabar con el tráfico de armas. Sin embargo, grandes organizaciones dependientes de gobiernos occidentales no están dispuestas a que este descubrimiento salga a la luz y harán todo lo posible para eliminar a su inventor. Coproducción entre Estados Unidos y Sudáfrica que mezcla acción y aventuras de la peor forma posible, con algunos secundarios conocidos como Ray Milland y Cameron Mitchell y el protagonismo del irlandés Stephen Boyd (1931-1977), célebre por encarnar al malvado Messala en Ben-Hur (1959) para caer después en una barrena de títulos poco recomendables, casi siempre centrados en el cine de acción. Contiene un dinámico score de Francesco De Masi.

Neal Wilkinson, un ladrón sofisticado, pretende romper con su pasado y regenerarse. Pero antes, debe realizar un último robo para pagar una deuda de juego. Thriller televisivo de argumento tópico. Sale adelante gracias al trabajo de actores como la reputada Angie Dickinson.

A un pueblecito norteamericano llegan un grupo de moteros que transitan por las carreteras en busca de diversión y mujeres. Su cáracter autoritario e intolerante les hace verse en más de una ocasión con la policía pero tras cumplir la pena prosiguen su camino en busca de nuevas experiencias. Un hombre llamado Collier que viaja con su novia embarazada Karen, se enfrentará con J.J., el líder de la banda, quien casualmente tuvo una relación con la chica tiempo atrás.  "Los rebeldes excitados" sería la traducción del título original de esta road movie protagonizada por unos macarras salvajes. Martin B. Cohen había rodado la cinta tres años antes y decidieron estrenarla en un momento en el que Jack Nicholson empezaba a sonar fuerte, tras su aparición en Easy Rider, film que también trata sobre unos motoristas. Entre el reparto de Rutas de violencia se encontraban la pareja Bruce Dern y Diane Ladd, quienes eran matrimonio por aquel entonces.

Producción televisiva que recrea los hechos reales que Saul Levitt recogió en su obra teatral homónima. La película cuenta el juicio militar que se celebró en Andersonville (Georgia) a finales del siglo XIX a propósito de los malos tratos que se habían producido durante la guerra civil en una prisión confederada que había en la zona. Primera y única producción televisiva que dirigió George C. Scott, protagonista de películas como Patton.

La familia Cannon y la familia Montoya son dos clanes que viven en la Arizona de finales de siglo XIX y son propietarios de extensos territorios. John Cannon es el dueño de High Chaparral y está casado con Victoria, hija de los Montoya. Blue Cannon es, a su vez, hijo de John y de su anterior esposa. Además de Bonanza, esta serie familiar ambientada también en el Oeste, cosechó mucho éxito y recibió varios galardones. De vez en cuando se veían rostros conocidos como los de Ricardo Montalbán o Robert Loggia, que aparecían en episodios esporádicos.

Típica película de científico algo chiflado en isla desierta, que complica las vacaciones a un grupo de personas que pasaba por allí. Un poquito ingenua, pero puede gustar esta rareza hispanoalemana a los amantes del fantástico de serie B.

Siglo VIII. Karen, una princesa vikinga, se casa con Arald, el hijo del jefe de los clanes del norte, lo que fortalece a su tribu. Un día, regresa a la tribu un hombre que causó una gran destrucción en el pasado. Segunda película de vikingos de Mario Bava, tras La furia de los vikingos, que también estaba protagonizada por Cameron Mitchell. Su tono de película de aventuras, y su guión ingenuo, recuerda a las películas del 'peplum', de héroes griegos, que también cultivó Bava.

El tribuno Marcus Ventidius es enviado a las regiones de Illiria y Pannonia para sofocar una peligrosa revuelta de los bárbaros. Allí cogerá preso al cabecilla Magdus y a su hija Helena, de la que se acabará enamorando. Tal situación generará una reacción en su prometida y en también en el guerrero bárbaro Batone, que pretende el amor de Helena. Más que discreto peplum en donde la producción y el guión dejan mucho que desear. La historia, como se ve, se inpira asimismo en el mito griego de Paris y Helena.

Minnesota Clay es un pobre individuo condenado a veinte años de trabajos forzados, por un delito que no había cometido. Cuando logra evadirse del penal, parte en busca de un hombre que contribuyó a que le condenaran con su silencio. Recala en un pueblecito, donde rivalizan dos bandas rivales. Cada una de ellas pretende contratarle. Sergio Corbucci, uno de los grandes del spaguetti-western, dirige un ameno film de argumento que recuerda a Por un puñado de dólares. Está protagonizada por Cameron Mitchell (Cómo casarse con un millonario), en un momento en el que su carrera perdía fuelle. 

Curioso western, única incursión en el género de Jack Nicholson, que es también autor del guión. Forajidos salvajes narra cómo tres cowboys sufren la implacable persecución de un sheriff y su patrulla, que los ha confundido con unos peligrosos forajidos. La película se conoce también con el título en castellano de "A través del huracán".

Varias jóvenes modelos son asesinadas en el transcurso del salón de la moda. Todas las víctimas tienen en común un pasado oscuro. Tras fundar el género con La muchacha que sabía demasiado, Mario Bava acabó de definir las características del subgénero con esta cinta, marcada por los violentos asesinatos filmados de forma elaborada, con pretensiones estéticas.

Don Quijote escribe una carta que manda por medio de Sancho Panza a Dulcinea, que en realidad es una moza de una venta castellana. La carta enamora a la chica y decide asumir el falso papel de Dulcinea e ir en busca de Don Quijote.

Roma, 1500. César Borgia pretende unificar Italia, a la que pretende unificar. Pero Catalina Sforza, sitiada en el castillo de Forli, organizará un complot conocido como "Clavel rojo" para intentar asesinarle. Esforzada producción de intrigas históricas y aventuras. Pesa demasiado la falta de presupuesto.

Siglo IX. El vikingo Arren se propone vengarse del barón Ruddford, un inglés cuyas tropas asolaron su aldea. Producción italiana de bajo presupuesto que buscaba descaradamente capitalizar el éxito de Los vikingos, de Richard Fleischer, que había sido un gran éxito tres años antes. El especialista en cine fantástico y de aventuras Mario Bava logra un film ameno. Curiosamente, Bava sólo tenía 20 extras para las secuencias de batalla, pero logró que resultaran convincentes gracias a diversos trucajes fotográficos.

Biografía de Barney Ross, héroe de la II Guerra Mundial y campeón de boxeo, que sin embargo se hizo adicto a la morfina. Dirigida por el solvente André De Toth, el veterano Cameron Mitchell interpreta al protagonista.

Película de aventuras para toda la familia, protagonizada por el chaval de La gran aventura de Lassie, el jovencito Jon Prevost, que por entonces tenía sólo 7 años. Aquí interpreta a Tony, que sobrevive a un accidente aéreo en el mar de Japón y será recogido por un barco de pesca. Temeroso de que le culpen por el accidente, decide escapar junto al hijo del pescador, en una aventura que les llevará a recorrer las tierras japonesas. Entretanto, su madre y su padre no pararán de buscarlo... El film es ciertamente entrañable y entretenido y ofrece su punto fuerte en la visión de la cultura japonesa. En el reparto destaca la dulce Teresa Wright (El orgullo de los yankees) en el papel de la madre, mientras que un inexperto Clint Eastwood hacía uno de sus primeros trabajos en el cine, con un pequeño papel de piloto.

Adaptación de una novela de John McPartland, que transcurre en una tranquila comunidad norteamericana donde, en teoría, nunca pasa nada. Entre ellos encontramos a Jerry, un vendedor de coches usados sin muchos alicientes en su vida; Herman, el bondadoso dueño de una tienda que quiere ayudar a una joven japonesa; y al violento Boone, un borracho veterano de la guerra, que no se ha adaptado a su vida de civil y que desencadena la tragedia al violar a una muchacha. El ambiente sórdido y, en cierta medida rutinario, que acompaña la acción, está magníficamente resuelto por el tono empleado por su director Martin Ritt. La Junta Nacional de Críticos Norteamericanos consideró a Joanne Woodward como la mejor actriz del año por este trabajo.

Tras dejar embarazada a su mujer, Billy muere en una pelea. Pero le permiten regresar un día a la Tierra para ayudar a su hijo a graduarse. El eficiente Henry King dirige la versión musical de 'Liliom', obra de Ferenc Molnár, con canciones de Oscar Hammerstein II.

Western dramático que cuenta entre su reparto con una joven Dorothy Malone y que incluye un buen guión, con momentos inspirados, basado en una novela de Frank Gruber. El argumento se centra en la situación de un pistolero que se vio obligado a matar a un amigo en defensa propia. Acabará haciéndose cargo de un niño, cuyo padre es asesinado por unos asaltadores de diligencias. Recalará entonces en un pueblo, en donde el sheriff (tío del chico) anda a la gresca con una banda de forajidos. Funciona el personaje de Richard Egan, pistolero lacónico de gran corazón, con claras reminiscencias con Shane, el protagonista de Raíces profundas.

En el Japón de postguerra un sargento se infiltra en una banda de ladrones. Notable film de Samuel Fuller, rodado en scope y technicolor, con escenas notables como el asesinato en el barreño, o el clímax del parque de atracciones. El cineasta entrega elegantes planos secuencia, y hace su habitual y efectivo uso de una violencia seca. Al tiempo que se mueve según los cánones del cine negro, desarrolla una intensa historia romántica entre el protagonista y la viuda japonesa de un ladrón, tiroteado al inicio del film.

Tras la Guerra Civil, dos hermanos confederados, Ben y Clint , acuden a Texas. Allí tratan de buscarse la vida, y acaban atracando a un hombre de negocios, que, curiosamente, les propone trasladar una desmesurada cantidad de reses de Texas a Montana. Significativo western de Raoul Walsh, con guión de Frank S. Nugent (uno de los guionistas habituales de Ford), sobre asuntos tan interesantes como las relaciones fraternales. El cineasta se luce especialmente en las secuencias del traslado del ganado, en impresionantes parajes naturales. Y destaca la química entre Gable y la Russell.

Ascenso de la cantante y actriz Ruth Etting, respaldada por un gángster de poca monta, Marty Snyder (James Cagney, cómo no). Snyder siente fascinación por Etting, mientras que ésta lo sacrifica todo a su carrera. Doris Day se pasó al drama, con este tormentoso biopic. Por supuesto el film está sembrado de canciones, pero lo mejor son los matizados papeles de Day y Cagney. Ella compone bien el personaje de una arribista, que se debate entre el deseo de triunfar, el amor del pianista que le ayuda a cantar, y el agradecimiento que debe a Snyder, que le conducirá incluso al matrimonio. Mientras que Cagney entrega una interpretación llena de energía, de alguien acostumbrado a salirse con la suya, pero que no puede negar nada a la mujer que ama; los momentos en que cede a la ira son formidables, y encajan con aquellos en que prioriza la carrera de Ruth.

Aunque la mayoría de títulos del oeste tenían protagonismo masculino, en esta ocasión es una mujer –la pelirroja del título, que no es otra que Greer Garson– el auténtico motor de la historia. Todo arranca en el Nuevo México de 1880, cuando dicha localidad recibe su nuevo residente médico en la figura de Julia Winslow, que ha conseguido el puesto gracias a los avances del movimiento sufragista norteamericano. Los recelos de la gente a que sea una mujer quien les diagnostique –y no digamos que les osculte–, también aparecen en el otro doctor de la zona, Rourke O’Brien, que no cree que esta sea una profesión adecuada para una mujer. La aparición de un pistolero, hermano de la doctora, y de los indios, acabará por darle a la película el tono aventurero deseado.

En una de las interpretaciones más aplaudidas de su carrera, Marlon Brando da vida a Napoleón. La película reconstruye la historia de amor entre Desirée Clary y Bonaparte, iniciada cuando éste era un simple soldado. Destaca la presencia de Jean Simmons.

Una serie de asesinatos se están produciendo en un circo en donde trabaja una guapa trapecista. las pesquisas parecen indicar que el asesino puede ser alguien que se disfraza de gorila, ya que este animal es una de las grandes atracciones del lugar. Los principales sospechosos son un estudiante e incluso el marido de la trapecista, que no es otro que el dueño del circo. Discreta intriga con elementos animalescos y en el ambiente exótico y turbio de un circo, lo cual se supone que ofrece mayor atractivo. De entre el reparto destaca la sin igual Anne Bancroft (El graduado) y un jovencito Lee Marvin.

Adam Jones, oficial retirado de la Marina, es reclutado para una misión. Deberá capitanear un submarino que traslade a Alaska al profesor Montiel, experto en enrgía atómica, y a su joven colaboradora. Tras Manos peligrosas, el experto en cine de acción Samuel Fuller volvió a fichar como protagonista a Richard Widmark. El resultado es un sobrecogedor thriller de submarinos que ha influido en títulos como U-571 o Marea roja.

Tres hombres se ven obligados a permanecer en México, tras el naufragio de su barco. Ocasión que una mujer aprovecha para recabar su ayuda, a cambio de una suculenta paga: su marido indio, y deben acudir con ella al rescate. En el camino se desata la avaricia por el dorado metal, y el deseo de captar la atención de la atractiva mujer. Buen reparto (Cooper, Hayward, Widmark y Cameron Mitchell), dosis de cinismo en la medida justa y gran partitura de Bernard Herrmann.

Chino es un pistolero que decide dejar las armas y vivir de modo pacífico. pero las cosas cambiarán cuando un amigo suyo es asesinado. Discreto western protagonizado por Rory Calhoun (El gavilán pistolero).

Película de claras connotaciones anticomunistas, rodada en plena Guerra Fría, y dirigida por el delator en la "caza de brujas" Elia Kazan. El film, al parecer inspirado en hechos reales, tiene un buen reparto –Fredric March, Adolphe Menjou, Gloria Grahame– y está rodado con un vigoroso ritmo aventurero, aunque no puede quitarse de encima un molesto halo panfletario. Karel Cernik es el jefe de un circo ambulante que ha representado funciones durante años por toda Europa. Cuando Checoslovaquia cae en poder de la Unión Soviética, Karel comienza a ver cercenada su libertad al tiempo que sus amigos están siendo militarizados y sus propiedades confiscadas por el gobierno. Cuando las autoridades le exigen que propague mensajes comunistas en sus actuaciones, comprende que no tiene otra opción que la fuga del país.

Tres jóvenes modelos unen sus sueldos para alquilar un lujoso ático. Tienen como difícil objetivo el cazar a ricos maridos. Después de varios encuentros con hombres acaudalados, descubren poco a poco que prefieren el amor al dinero. Una de ellas se enamora de un apuesto y agradable joven, pero que no tiene muchos recursos, mientras que otra consigue, finalmente, el amor de un millonario de verdad. A lo largo del film se suceden todo tipo de situaciones cómicas. Hilarante comedia repleta de antológicas secuencias de humor y con un toque romántico que le convierten en uno de los mejores filmes de Jean Negulesco (Ricas y famosas), que pasaba por ser el realizador que mejor dirigía a las actrices en Hollywood. Así lo demostró en esta ocasión con tres de los nombres más reputados: Marilyn Monroe, Lauren Bacall y Betty Grable. Asimismo consigue un ritmo muy ligero de modo que la acción se desarrolla muy rápido. La mítica Marilyn Monroe interpreta uno de los mejores papeles de su carrera (junto probablemente con el de Bus Stop), como una encantadora miope que se niega a llevar gafas en público, lo que le produce un gran complejo, a pesar de que sin ellas apenas ve, lo que da lugar a innumerables confusiones. Lauren Bacall interpreta un papel que en un principio no está alejado de aquellos de mujer fatal que le dieron la fama, en filmes como El sueño eterno o Tener y no tener, aunque en esta ocasión, tiene un fondo de buen corazón. El filme está rodado en Cinemascope.

Adaptación de la inmortal obra de Victor Hugo “Los miserables”. Jean Valjean es un preso convicto condenado a galeras por el increíble “crimen” de robar una hogaza de pan. Le marca muy de cerca el inspector de policía Etienne Javert, que ignora el significado de la palabra humanidad, y cuyo concepto de la justicia es la aplicación de la letra de leyes y reglamentos. Cuando Valjean es puesto en libertad condicional, ha perdido la fe en el ser humano, pero la recupera aumentada y corregida cuando el obispo Courbet le acoge con caridad cristiana, y tapa el robo de una vajilla de plata asegurando que se trataba de un regalo. El hombre rehará su vida, pero con una falsa identidad, pues al no haberse presentado ante el agente de la condicional se ha convertido en un prófugo. Su nueva posición social y su empeño en ayudar al prójimo peligran cuando Javert aparece de nuevo en escena.Lewis Milestone entrega una digna versión de la historia, aunque se le puedan poner algunas pegas, como la exagerada interpretación de Fantine a cargo de Sylvia Sidney, o la sosería de Cameron Mitchell como el pretendiente de Cosette, la hija de Fantine. Michel Rennie y Robert Newton componen bien a Valjean y Javert, y Edward Gwenn borda su breve papel de Courbet. Quizá para ser un film sobre “Los miserables”, se echa en falta una mejor reconstrucción artística de la miseria. No obstante hay ideas visuales poderosas, como los candelabros de plata, que lucen encendidos en el último plano del film.

Varios personajes quedan atrapados en una cabaña de las montañas. Entre ellos hay un violento forajido, su esposa, un desgraciado jugador y una bailarina, además de otros personajes indeseables. Es ésta una de las últimas adaptaciones de la obra 'The Outcasts of the Poker Flat', de Bret Hart, escritor con fama de bohemio especializado en novelas del oeste. Destacan los papeles de Anne Baxter y Cameron Mitchell.

El intrépido editor del diario de una gran ciudad ha emprendido una valiente campaña para desalojar de su puesto a un corrupto sheriff. Pero inesperadamente, detiene sus esfuerzos. El fiscal del estado descubre que ello tiene que ver con el chantaje de que está siendo objeto, pues su yerno está involucrado en actividades dudosas. Interesante serie B sobre la corrupción de la política, con un excelente Walter Pidgeon. Están estupendamente cubiertos los papeles secundarios, con actores de la talla de Karl Malden.

1876. Duncan MacDonald se acaba de alistar en la Policía Montada del Canadá. Y sin comerlo ni beberlo se verá obligado a desplegar toda su diplomacia para liberar a dos rehenes, en manos de indios de la tribu de los cree. Deberá tratar con ellos ayudado sólo por un explorador.Entretenido western, con bonita fotografía en color y buen trabajo de Tyrone Power. Contiene momentos excitantes, como el del asalto a un tren; y como tantas películas del oeste, y frente a los lugares comunes, da una visión humanizada de los indios.

Adaptación a la pantalla de la famosa obra teatral de Arthur Miller, ganadora del premio Pulitzer y que Elia Kazan había dirigido en Broadway con gran éxito. La producción para cine vino de la mano de Stanley Kramer, suponiendo la primera película importante del austriaco László Benedek (1905-1992), de quien apenas se volvió a tener noticias y que pasó a dirigir en el mundo de la televisión. La película logró cinco candidaturas al Oscar: mejor actor (Fredric March), actor secundario (Kevin McCarthy), actriz secundaria (Mildred Dunnock), fotografía en blanco y negro (Franz Planer) y banda sonora para Alex North. La historia es la del viajante Willy Loman, que reflexiona sobre lo que ha sido su vida y la compleja relación con su hijo mayor. Por este papel Fredric March consiguió el Globo de Oro y la Copa Volpi en el Festival de Venecia. Todo ello porque Lee J. Cobb, que había interpretado la obra en teatro, no pudo hacer el film al estar incluido en la "Lista negra", acusado de comunista. En 1985 se filmó para televisión una versión teatralizada de este clásico de Miller, con Dustin Hoffman de protagonista.

Secuela de See Here, Private Hargrove. Aquí Hargrove ya es cabo y está destinado en Europa, en plena Segunda Guerra Mundial, tras producirse el desembarco de Normandía. Las risas proceden de que la unidad de Hargrove se pierde y acaba llegando a una pequeña población francesa, recién liberada de los alemanes. Sus habitantes, creyendo que son ellos los responsables de su recobrada libertad, les reciben como a auténticos héroes. Richard Thorpe toma el relevo a Wesley Ruggles y logra una divertida película, que sirvió para animar al público, pues está rodada en plena guerra. Lleva el protagonismo Robert Walker.

Melodrama que volvía a reunir a la pareja Gable-Turner tras Quiero a este hombre (1941) y una vez había salido a la luz un supuesto romance entre ambos. Esta vez dirigidos por Mervyn LeRoy y bien acompañados por Anne Baxter, Gladys Cooper y Cameron Mitchell. El filme sigue las constantes del cine de posguerra, intentando mostrar cómo este conflicto había cambiado la vida de millones de personas trágicamente. A pesar de sus buenas intenciones, lo cierto es que nunca acaba de arrancar del todo y sus casi dos horas son algo excesivas. Gable es un reputado médico, felizmente casado, que es llamado a filas. Durante la guerra se enamora de una enfermera, por lo que se replantea toda su existencia y su felicidad conyugal.

Flavia Mills se lleva una tremenda decepción al descubrir la verdadera razón de la ausencia del novio de su tía durante tanto tiempo: ha pasado una larga temporada en la cárcel y en realidad no ha realizado ningún viaje alrededor del mundo, como le habían hecho creer. Drama familiar protagonizado por las grandes actrices Margaret O'Brien (Mujercitas)y Angela Lansbury (La niñera mágica).

Durante la II Guerra Mundial, el piloto Alec Brooke se ve obligado a realizar un aterrizaje forzoso en el Pacífico. Jack Conway (Un yanqui en Oxford) adapta la novela "High Barbaree", de Charles Nordhoff.

John Ford dirige este drama bélico ambientado en la Segunda Guerra Mundial. Robert Montgomery y John Wayne son John Brickley y "Rusty" Ryan, dos oficiales de la Armada norteamericana destacados en las Islas Filipinas, que deben hacer frente a los avances de la flota japonesa en las Islas del Pacífico. Ambos demostrarán que la pequeña flota de lanchas torpederas que se encuentra bajo su mando puede usarse como arma de precisión contra los buques japoneses, con una eficacia arrasadora. El buen hacer de John Ford se vuelve a poner de manifiesto en este film que recrea con realismo las maniobras navales y las escenas bélicas. John Ford, que durante la Segunda Guerra Mundial sirvió a su país bajo las ordenes de la Armada norteamericana, y en más de una ocasión se vio bajo el fuego enemigo, realiza con este film un homenaje a aquellos hombres que lucharon y murieron por su patria.