La última aventura (2021), de S.J. Chiro

Ben Givens, cardiocirujano jubilado que se ha quedado viudo, descubre que padece cáncer. No se lo cuenta a nadie, ni siquiera a Renee, su amada hija. Aunque está a punto de suicidarse, al final decide irse con su mascota, el perro Rex, al lugar en que nació, una región montañosa al este de Washington. Durante el periplo se amontonan los imprevistos, pues su coche sufre una avería, así que se ve obligado a aceptar que una joven pareja le lleve, y a su mascota le ataca otro can, al que Ben se ve obligado a matar, lo que no le hace ninguna gracia al dueño, un cazador de coyotes.

Drama intimista que adapta una novela de David Guterson. Ofrece una gran oportunidad al habitual secundario Tom Skerrit de interpretar un papel principal memorable, al estilo de Richard Jenkins en The Visitor, y sobre todo de Richard Farnsworth, en Una historia verdadera, ya que aquí el protagonista también tiene un hermano del que se ha distanciado tiempo atrás. Aprovecha la ocasión para componer un personaje lleno de matices, traumado por un incidente sufrido durante la Guerra de Corea, y también taciturno y cascarrabias, lo que recuerda un poco también a los que compone Clint Eastwood en la última etapa de su carrera.

El veterano intérprete no acapara la función en todo momento, sino que sabe ceder momentos de gloria a otros compañeros de reparto, sobre todo a Mira Sorvino, en la piel de Renee, Wally Dalton, el hermano enojado, y Annie Gonzalez, que da vida a una amable veterinaria. Al final, el reparto salva los muebles, pues la puesta en escena sencilla, de la poco experimentada S.J. Chiro, se limita a cumplir su función y poco más. No aportan demasiado por ejemplo los diversos flashbacks , que parecen metidos para alcanzar los 90 minutos de metraje. Sí que se luce el director de fotografía Sebastien Scandiuzzi con imágenes de bellas localizaciones naturales.